Buenas, soy Emilio Calatayud. Son conocidas, aquí hemos comentado varias de ellas, las sentencias judiciales que liberan a los padres de seguir pasando la pensión de alimentos a los hijos ninis,
es decir, esos jóvenes que ni estudian ni trabajan porque no les da la gana. Han decidido vivir de sus padres hasta que puedan vivir de sus hijos.
Pues bien, no todo son ninis. Ni mucho menos. El Tribunal Supremo ha dictado un fallo en el que obliga a un padre a seguir pasando la pensión de alimentos a sus hijas mayores de edad porque son
buenas estudiantes: una está preparando oposiciones para ser registradora de la propiedad y la otra cursa la carrera de Odontología.
“No se acredita pasividad en la obtención de empleo o en la terminación de la formación académica”, recuerda la sentencia.
Muy bien: a los ninis ni agua, pero a los hijos trabajadores y estudiosos, agua y alimentos. Es lo justo.
Buenas, soy Emilio Calatayud. Una madre preocupada nos comenta que tiene amigas con hijas de 15 años que las dejan follar (es el término que ella emplea y a mí me parece el adecuado) en casa
porque así ellas, las madres, se sienten más tranquilas, prefieren que tengan relaciones en casa a que anden por ahí y les pueda pasar algo. “¿Es normal?”, pregunta la madre preocupada, aunque es
evidente que a ella no se lo parece.
A mí tampoco me parece normal. Los respeto, pero no lo comparto, por no decir que no lo respeto. En fin, que me parece una barbaridad. Lo que tendrían que hacer esas madres en enseñar a sus hijas
que con 15 años no se folla, pero, claro, ese es más trabajoso e incomodo que dejarles follar en casa.
Pero es que, además, en España, las menores de 16 años no pueden consentir tener relaciones sexuales, luego estaríamos ante un presunto delito contra la libertad sexual. Hay matices (la diferencia
de edad, la madurez, etc), pero, en principio, es un presunto delito. Ahí lo dejo.
El juez de menores Emilio Calatayud se pronuncia sobre el pin parental
El magistrado dice que como padre le gustaría saber qué aprende su hijo «dentro de la libertad»
MADRID Actualizado:
El juez de menores Emilio Calatayud ha dicho sobre el debate al respecto del pin
parental en las aulas que, como padre, es partidario de saber qué aprende su hijo «dentro de la libertad», porque aunque en la actualidad parezca que los niños «son de Dios, de Instagram
o de Youtube", el va a ser padre de su hijo hasta que se muera. Así lo ha recogido Ep tras una conferencia en Ciudad Real, donde ha dejado claro que en todo caso no comulga con ninguna
ideología política.
En su ponencia, ha indicado que todo el mundo comete delitos, «pero no todos son delincuentes», argumento para explicar que el 80 por ciento de los jóvenes que él juzga delinquen sin
necesariamente ser delincuentes. Ha puesto como ejemplo cómo todo el mundo ha conducido pasado de cervezas, ha robado en el Corte Inglés o ha intentado pagar menos a Hacienda. «Todo eso son
delitos pero no nos han pillado», ha aseverado ante los medios minutos antes de dar una multitudinaria conferencia en el Paraninfo Luis Arroyo del Campus de Ciudad Real.
Una conferencia que culmina el programa «Pequeños Delincuentes» promovido por la Asociación de Jóvenes Abogados de Ciudad Real, con el apoyo del Colegio de Abogados y Globalcaja.
Las nuevas tecnologías han centrado las declaraciones del mediático juez de menores que ha advertido del peligro que suponen sobre todo entre los jóvenes y el importante papel que deben jugar los
padres. «Los móviles son una droga, un instrumento muy peligroso para cometer hechos delictivos y el instrumento para convertirse en victima», ha asegurado, indicando no entender la
razón por la cual es un «regalo estrella» para los jóvenes.
«La culpa la
tienen los padres» ha aseverado, para después invitar a controlar el uso que hacen los hijos de estas tecnologías, poniendo de relieve los peligros de la imagen que están dando los jóvenes sobre
sí mismos con fotos «con poses poco decorosas». Además ha explicado de su experiencia como juez cómo hay chicos que no pueden «andar por la calle sin el móvil» y algunos su grado de dependencia es
tal que incluso hay que internarlos como cuando son adictos a las drogas.
Ha arremetido también con el juego online y ha calificado de vergüenza que equipos de fútbol estén patrocinados por casas de apuestas o que personajes famosos las promocionen. «Juzgué hace poco a
dos chavales que atracaban farmacias para jugar a la ruleta online», ha añadido. Ha recomendado a los progenitores a que sean padres y no amigos de sus hijos, a los profesores que no sean colegas de
sus alumnos y a los jóvenes que se dejen aconsejar por sus mayores.
El decálogo para intentar que vuestros hijos no sean unos delincuentes
ideal.es
Buenas, soy Emilio Calatayud. El decálogo para formar a un delincuente ya es muy conocido. Este sería el borrador de un decálogo para intentar que vuestros hijos no sean unos delincuentes. Se
admiten sugerencias.
1-Poned límites a los hijos desde que son bebés. Aunque no lo parezca, ya saben echar pulsos. Y quieren ganarlos.
2-La expresión que más deben escuchar es ‘Te quiero’, pero también es muy conveniente que oigan el vocablo ‘no’ cuanto antes. Si lo escuchan cuando ya tienen diez o once años puede ser tarde.
3-No seáis amigos de vuestros hijos ni de los amigos de vuestros hijos.
4-No os pongáis del lado de vuestros hijos cuando critican a los maestros.
5-Decid a vuestros hijos lo que dice general estadounidense William H. McCraven a sus soldados: “Si quieres cambiar el mundo, empieza por hacer tu cama”
Aviso para los padres que no ponen tareas a los hijos “para ver si sale de ellos”: el que espera desespera
Buenas, soy Emilio Calatayud. Es una de esas frases que han hecho historia: “Yo no les digo a mis hijos que hagan algo porque espero que salga de ellos”. Y es verdad que algunos les sale, pero a
otros no. Lo que no se puede hacer es esperar a que tengan 40 años “para ver si sale de ellos” hacer algo. Porque en lugar de ser autónomo habrás criado un parásito. Y el que espera, desespera. Es un
arma de doble filo eso de “a ver si sale de ellos”. En principio, es lo ideal, pero si no sucede hay que pasar al plan B: que los padres pongan tareas a los hijos sin aguardar más a que salga de
ellos. Hoy te toca bajar la basura, hazte la cama, haz la compra… Esas pequeñas cosas, ya sabéis.
Y para que lo tengáis más claro vosotros y vuestros niños aquí os dejo el artículo 155 del Código Civil: “Los hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles
siempre. Los hijos deben contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella”.
Buenas, soy Emilio Calatayud. No me he inventado la frase que me ha servido para titular este comentario. La he escuchado muchas veces. Demasiadas. Puede tener tantas explicaciones como personas
la lean. Para mí, que no soy psicólogo ni pedagogo…, quiere decir que los hijos necesitan cariño, necesitan que los quieran… Si no vamos a querer a nuestros hijos, mejor no tenerlos. Suena a
perogrullada, pero echad un vistazo a vuestro alrededor y puede que os encontréis con algún huérfano de amor. Un hijo no es mueble.
Pero es que hay más: quererlos también es corregirlos cuando hagan algo mal. No esperemos a que nos pidan que les pongamos límites, que les riñamos, porque seguro que ya será tarde. “Hijo, te
quiero mucho, pero dame el móvil”. “Hijo, te quiero mucho, pero hoy no sales porque ayer llegaste tres horas más tarde de lo que te dijimos”, Eso es amor verdadero.
Que un niño llegue a los 14 años sin haber escuchado un ‘no’ puede ser hasta peligroso
Buenas, soy Emilio Calatayud. No es por alarmar, pero que un niño llegue a los 14 años sin haber escuchado un ‘no’ puede ser hasta peligroso. Y no digamos ya si cumple los 18 o los 30 si haber
oído jamás esa expresión.
Puede que acepten ese primer ‘no’ y no pase nada. Pero también puede ocurrir que no lo asuman y la líen parda. Algunos se ponen tan nerviosos que sacuden a los padres. Por eso digo que es un
riesgo que crezcan sin escuchar la palabra ‘no’.
Una precisión: decirles a todo que no tampoco es saludable. También te pueden sacudir. Término medio y sentido común.
‘No’ es una palabra que existe, está en el diccionario de la RAE y es muy importante para el buen funcionamiento de la sociedad. Ni siquiera hay que decirlo a voces. Incluso es recomendable
decirlo con cariño. Y cuanto antes mejor.
Todos tenemos un pasado, pero por suerte nadie nos grababa, ¿por qué no enseñamos a nuestros hijos a no hacerlo?
Buenas, soy Emilio Calatayud. Todos tenemos un pasado. Si cuando yo era niño -¡hace ya tanto tiempo de eso!- hubiese habido teléfonos con vídeo y, lo que es aún más peliagudo, con conexión a
Internet, circularían por el mundo virtual películas mías de las que seguro que no estaría ahora muy orgulloso. Supongo que a muchos de vosotros os pasaría lo mismo (por no decir a todos). Pero por
suerte para nosotros no existían esos cacharros.
La pregunta es: ¿Por qué no enseñamos a nuestros hijos, que sí tienen la tecnología, a no hacerlo? ¿Para qué nos sirve nuestra experiencia? Estamos fracasando estrepitosamente.
Los padres, de vergüenza, ¿pero qué hacen 11 millones de mirones viendo maquillarse a ‘youtubers’ de seis años?
Buenas, soy Emilio Calatayud. Leo y escucho que han pedido que la Fiscalía actúe contra los padres de dos niñas de seis y siete años que han convertido a sus hijas en ‘youtubers’. Las pequeñas,
presuntamente, aparecen maquillándose para irse de fiesta y cosas por el estilo. Si todo esto es así, porque todo el mundo tiene derecho a la presunción de inocencia, lo de los padres de estas niñas
es de vergüenza. Y si lo hacen por dinero, peor todavía.
Pero hay otro dato tan preocupante como ese: la cuenta de Youtube tiene ¡11 MILLONES de suscriptores! ¿Qué hacen once millones de mirones viendo el ‘espectáculo’ de cómo se maquillan niñas de seis
y siete años? ¿Estamos tontos? ¿Así educamos a nuestros hijos? ¿Qué pasa con el interés superior de los menores?
Los padres, de pena; el Estado, también de pena por no actuar antes: y los once millones de suscriptores, penosos.
Nuevo deporte: Mientras los padres se trabajan en el gimnasio, los hijos esperan jugando con el móvil en el vestuario
Buenas, soy Emilio Calatayud. Un amigo del blog nos informa, entre sorprendido y escandalizado, de que existe un nuevo deporte. Consiste en lo siguiente: Mientras los padres, incluyo madres y
padres, se trabajan en el gimnasio, los hijos les esperan jugando con el móvil en el vestuario. Es otra prueba más de que seguimos avanzando ‘pa’ atrás. Supongo que llegará un día que nos demos
cuenta de que estamos haciendo el gilipollas, con perdón.
Por cierto, ¿cómo podría llamarse este nuevo deporte? ‘Hijo-déjame-vivir’, ‘Telefoning’, ‘Educar los músculos’… Se admiten sugerencias.
Un padre pierde la custodia de sus hijos por fumador; que se haga también con los padres adictos al móvil
Buenas, soy Emilio Calatayud. La Audiencia de Córdoba ha dictado una novedosa sentencia en la que retira la custodia compartida de sus hijos a un padre que era un fumador empedernido. Dice el
tribunal con gran sentido común que el hombre antepone su adicción a la salud de sus dos hijos, a los que los jueces también escucharon para adoptar una decisión que, en mi opinión, es muy
acertada.
Ahora se debería aplicar esta misma solución a los padres y madres que están todo el día pendientes del móvil, que son adictos al móvil. Y también a esos padres que regalan una tablet o un móvil a
sus hijos para que no molesten y les dejen a ellos estar pendientes de sus guasap.
Siempre lo digo, yo he fumado como una chimenea, pero no se me ocurrió darle un cigarrillo a mi hijo cuando tenía cuatro o cinco años (tampoco después). Pues con los móviles se está haciendo. Y
son una droga.
Dicen que hay que acompañar a los hijos en internet, vale, pero antes hay que acompañarlos a jugar, a caerse o levantarse, a entrenar… ¡Hay tantas cosas antes!
Buenas, soy Emilio Calatayud. Los expertos en Internet siempre dicen que los padres deben “acompañar” a los hijos en sus viajes al mundo virtual, que esa es la garantía para que se alejen de los
peligros, de la adicción a los móviles, etc. Vale, estoy de acuerdo. Pero sin ser experto en Internet -aunque algo sé de los efectos perversos que producen las nuevas tecnologías en los niños y los
adolescentes- creo que antes de acompañar a los hijos en viajes virtuales, hay que acompañarlos a jugar al aire libre, a caerse o levantarse, a echar un partido, a entrenar bajo la lluvia… Si
hacemos todo eso, igual no tienen tanta prisa por irse a Internet… Digo yo, que no soy experto…
“Tengo quince años y le he pegado a mi novia, pero menos de cinco veces”
Buenas, soy Emilio Calatayud. A lo largo de mi carrera como juez de Menores, me he encontrado con agresores machistas de catorce o quince años que prohibían a sus novias salir de casa si no era
con ellos. O que les rompían el móvil si veían una foto en la que ellas salían con otros amigos o amigas. Algunos me han dicho cosas como las que me han servido para titular este comentario: “Tengo
quince años y le he pegado a mi novia, pero menos de cinco veces”. O menos de diez…
Y las niñas creían que eso era amor. Lo que digo siempre: ante el más mínimo intento de controlaros, chicas, mandadlos a tomar vientos. Y no tengo nada más que añadir.
En Reyes, ¿carbón sí o carbón no, no vayan a traumatizarse los niños?
Buenas, soy Emilio Calatayud. ¿Deben dejar los Reyes Magos carbón a los niños que se han portado mal o eso puede causarles un trauma emocional de consecuencias irreparables? A mis hermanos y a mí,
los Reyes Magos nos dejaron carbón en dos ocasiones que yo recuerde, aunque pudieron ser más, porque éramos de armas tomar. Ninguno sufrimos un trauma…, pero la cosa tuvo truco. Los Reyes dejaron el
carbón en la habitación que habitualmente estaban los regalos y nosotros nos llevamos un buen chasco. Cuando ya estábamos a punto de renegar de la ‘monarquía mágica’ para hacernos ‘republicanos’, mis
padres nos condujeron a otra habitación y allí estaban los obsequios. Los Reyes nos hicieron esa jugada dos veces, como mínimo, y las dos veces picamos.
Carbón sí, pero regalos, también…, excepto si a los 25 años o a los 30 el niño sigue en casa sin hacer nada. En ese caso, ni siquiera carbón: ¡Aire y que se busque la vida!
Una condena ejemplar para empezar 2019: un niño irá a un aula de educación especial por burlarse de dos discapacitados
Hola, soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. Aquí os dejo una de las últimas condenas ejemplares que ha dictado el juez. Una buena forma de empezar 2019. Esperamos que os
interese.
“Ahora el diferente va a ser él. Tendrá que estar en un aula en el que el resto de los alumnos son de educación especial. Esa es la llamativa condena que ha impuesto el magistrado Emilio
Calatayud, titular del Juzgado de Menores 1 de Granada, a un chaval que grabó a dos compañeros discapacitados con los que compartía clase en un instituto de la provincia para burlarse de ellos. En
este sentido, distribuyó las imágenes en un grupo de wasap -del que no formaban parte los perjudicados- tras ‘tunearlas’ con comentarios o sonidos pretendidamente graciosos.
La víctimas eran alumnos de integración, es decir, que eran minoría en el centro. Y ese es precisamente el espíritu de la sentencia: que el acusado sienta lo que es formar parte de una minoría.
Ahora le toca al procesado ponerse en la piel de las personas que son distintas.
La idea es que la experiencia le sirva de vacuna para no mofarse de los que no son como él. La verdad es que el estudiante en cuestión aceptó el castigo sin plantear batalla, lo cual supone un
buen punto de partida para su rehabilitación”.
Decir que los padres no son iguales que los hijos no es autoritarismo, es la verdad, y cuanto antes lo aprendan los hijos, mejor
Buenas, soy Emilio Calatayud. Afirmar que los padres son los padres y los hijos son los hijos no es autoritarismo. Decir que los padres no son iguales que los hijos tampoco es autoritarismo.
Es la verdad y cuanto ante lo aprendan los hijos, mejor para ellos… y para los padres. Hay quien dice que hay que negociar con los hijos y me parece bien. Pero no se puede negociar todo. Que yo soy
el padre de mis hijos es innegociable. Vamos, yo no veo que ahí haya ningún margen de negociación, a no ser que lleguemos al absurdo de que los hijos digan que ellos son nuestros padres, o alguna
chaladura por el estilo.
Y nada de todo esto es autoritarismo. Es autoridad. Si a mí se me ocurre saltarme los semáforos en rojo tarde o temprano vendrá un guardia y me detendrá y multará. Y hará bien. ¿Qué tiene el
guardia que negociar conmigo? Pues eso.
“He encontrado fotos de mi hija desnuda en el móvil” “Mi hijo se ha grabado follando con su novia”
Buenas, soy Emilio Calatayud. Hace ya algún tiempo, denuncié en un programa de televisión que había niñas que se hacían fotos con sus móviles en las que parecían prostitutas. Utilicé una palabra
más llana y, en un primer momento, me olvidé de decir que también había niños que lo hacían. Fui muy criticado (también hubo mucha gente que me dio la razón), que si machista, que si no sé qué… Pero
lo único que hice fue poner de manifiesto una realidad que está ahí. Con frecuencia, no diré a diario para que nadie se me asuste, hay padres que me comentan desesperados: “He encontrado fotos de mi
hija desnuda en el móvil, ¿la mato o qué hago?”. O: “Mi hijo se ha grabado follando con su novia, ¿los mato o qué hago?”. Me hablan claro y por eso yo procuro hablar claro, pero si a alguien le
molesta, pido disculpas. No es mi intención.
Si os ocurre algo así, ojalá que no, averiguad si las fotos o las grabaciones se han distribuido, eso en el supuesto de que sepáis manejaros en en ese mundo. Si no, buscad ayuda especializada o
acudid a las unidades expertas en ciber delitos de la Guardia Civil o la Policía Nacional. Y, por supuesto, los niños y las niñas se quedan sin móvil hasta que cumplan los 18 y se lo puedan pagar
ellos. Han traicionado vuestra confianza y se han traicionado a ellos mismos.
El juez de menores de Granada: "La vuelta al cole es cara, pero más caros son los móviles"
El polémico magistrado ha escrito en su blog una crítica a los padres que se quejan de los precios de los libros de texto pero compran sin miramientos un 'smartphone' a sus hijos
Calatayud aboga por denunciar a los menores que convierten la convivencia familiar en un infierno. (EFE)
La 'vuelta al cole' supone para muchas familias un enorme esfuerzo: libros de texto, material escolar, uniformes, calzado nuevo... y muchas familias se quejan de los altos precios
a los que tienen que enfrentarse cada inicio de curso escolar.
Son muchos los trucos que se llevan a cabo durante los meses de agosto y septiembre para minimizar los costes derivados de la nueva temporada en la escuela —intercambios de libros,
material de segunda mano...— pero aun así, siguen siendo una carga adicional que se debe sumar a las facturas de muchos hogares. En este contexto, y a pocos días de iniciar el curso, el magistrado
Emilio Calatayud, juez de menores de Granada, ha criticado a esos padres que se quejan de los costes de la 'vuelta al cole' pero compran a sus pequeños 'smartphones' que cuestan mucho más que unos libros.
En el blog, del diario regional 'Ideal', el magistrado arranca explicando el contexto actual: finales de agosto, cuando "los medios de comunicación ya están con la noticia de la vuelta al
cole". "Como todos los años pasados y los que vendrán, los periodistas hacen la suma de lo que cuesta que los niños regresen a las aulas. Y como todos los años pasados y venideros,
sale una cuenta abultada: la vuelta al cole es cara, es verdad", explica el juez. "Y los padres, que son los que tienen que aflojar, salen quejándse en los reportajes", añade.
"Pero digo yo, sin ánimo de señalar ni irritar a nadie, que más caros son los teléfonos móviles tipo 'taifon' o las consolas de juegos y muchos padres se los compran a sus hijos
sin quejarse".
Calatayud es el mismo magistrado que el pasado mes de septiembre en una conexión en directo de TVE hizo una polémica declaración que levantó muchas críticas. En el programa 'La mañana de La 1',
hablando sobre el aumento de las denuncias por agresiones de los hijos a los padres, sorprendió con estas palabras: "Perdón por la expresión, ¿eh? Pero tomádmelo bien... Las niñas actualmente se hacen fotos
como putas". La presentadora, María Casado, se negó a que continuara y le frenó: "No, esa afirmación sí que no", le dijo.
Este año la vuelta al cole supondrá para las familias un gasto medio de 367,37 euros, aunque no en todas las comunidades autónomas los gastos del nuevo curso serán los mismos, ya
que los precios de los libros de texto varían de unas a otras —y en algunas, incluso, son gratuitos—.
Coincidencias entre una catedrática sueca y un juez manchego del Albaicín de ‘Graná’
Hola, soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. Vamos a proponeros un juego de adivinanzas. Hace unos días, El País publicó una entrevista con la catedrática sueca Inger Enkvist, una
reputada experta en educación. Pues bien, los postulados de esta mujer son tan parecidos a los que defiende don Emilio que hemos juntado reflexiones de una y de otro para ver si sois capaces de
distinguir quién es el autor de cada una de ellas. Además, incluimos el enlace que para que leáis la entrevista completa con Inger Enkvis porque hace un derroche de sentido común y
sabiduría.
“Hay que volver a una escuela más tradicional, donde primen la disciplina, el esfuerzo y la autoridad del maestro”.
“Tenemos que reforzar la autoridad de los maestros. Hemos confundido autoridad con autoritarismo y hemos pasado de don José o doña Josefa a Pepe y Pepita. Así que no es extraño que haya padres que
no se crean que los maestros son una autoridad y que si los agreden están cometiendo un delito de atentado”.
“Las escuelas que prohíben el móvil hacen bien. En casa, los padres deben vigilar el tiempo de uso de la tecnología. Prohibir es muy difícil porque se crean conflictos, pero un padre moderno debe
saber decir que no. Debe resistir”.
“Cuanto antes aprendan los niños que existe la palabra no y su significado, mejor para ellos, para sus padres y para la sociedad. Y cuanto antes es cuanto antes, porque los niños te echan pulsos
desde la cuna. Si quieres a tus hijos, diles que no alguna vez. Sí al no, pásalo”.
“Mi hija solo me habla para insultarme y pedirme dinero para ropa”
Buenas, soy Emilio Calatayud. No quiero amargaros el descanso veraniego -si es que lo tenéis-, pero tengo que lanzar el aviso que hago público siempre a estas alturas del año: en vacaciones se
convive más con la familia y eso puede generar buen rollo o todo lo contrario. En estas fechas, es relativamente normal que veamos más casos de agresiones de hijos a padres, de eso que llamamos
violencia filoparental.
Lo que es malo durante el resto del año puede empeorar notablemente en verano, Recientemente, una madre me comentaba: “Mi hija solo me habla para insultarme y pedirme, bueno, exigirme, dinero para
ropa”. Me refiero a este tipo de cosas. Si la conducta de vuestros hijos es parecida y ya lo habéis intentado todo, debéis plantearos la posibilidad de denunciarlos.
En cualquier caso, no le deis ni un duro. Y si es mayor de edad, cambiad la cerradura de la casa y que se busque la vida. Y si quieren que os denuncien. A ver qué dicen los jueces.
“Tu eres la mujer de mi padre, pero no mi madre, así que no puedes reñirme”
Buenas, soy Emilio Calatayud. No es un secreto para nadie que ya no existe un modelo único de familia, lo cual ni es bueno ni es malo ni todo lo contrario. El caso es que hay personas divorciadas
que rehacen su vida con otras parejas y puede ocurrir que cada uno aporte hijos al nuevo matrimonio. Pues bien, hay varios seguidores de este blog que me preguntan quién debe imponer las normas en
estas familias: el padre o la madre biológicos (cada uno a los suyos) o pueden hacerlo los cónyuges que no tienen lazos de sangre con los niños. En mi opinión, deben ser los padres biológicos porque
si no te puedes encontrar con esto: “Tu eres la mujer de mi padre, pero no mi madre, así que no puedes reñirme”. Eso sí, los dos miembros de la pareja tienen que ponerse de acuerdo antes de
imponer las normas. Esto es muy importante. Que no haya mensajes contradictorios.
Por lo demás, recordar que los padres no biológicos solo son guardadores de hecho de los hijos de su pareja siempre que sean menores de edad. Y si son mayores de edad, ni siquiera eso. Quizá
habría que darle una vuelta a este asunto pare regularlo legalmente o quizá no…
Emilio Calatayud: "Me meto con Aznar porque quitó la mili"
Juez de Menores de Granada
CARMEN MORALES PUISEGUR Palma
ALBERTO VERA
Juega en la liga de las rock stars de la magistratura. Cuando el juez de menores Emilio Calatayud llegó el pasado viernes al claustro de Sant Bonaventura de Llucmajor pasadas las cinco de la
tarde, casi cien personas lo esperaban a pleno sol en el patio del lugar para escuchar su conferencia. Fuera del recinto, Calatayud apuraba su pitillo y embelesaba con sus ademanes viscerales al
alcalde y su cohorte, que le rendían pleitesía como si fuese una aparición.
Lo reciben como a una estrella de rock. ¿Está acostumbrado? Déjeme decirle que en Mallorca no se sale por cualquier motivo.
Mira, es lo que hay. He caído bien gracias a las redes sociales, Youtube... Dicen de mí que soy topic trending o algo así...
Trending topic. ¿Cuál es el éxito de su mensaje? Muchos están en redes sociales y no logran su éxito.
Sinceramente, no he inventado nada. Creo que a la gente lo que le gusta es que digo lo que pienso y muchos no se atreven a ello. Soy juez de menores, eso me da cierta autoridad. También caigo
bien.
Es famoso por sus sentencias. Aveces parece muy moderno y otras, muy carca. Por un lado, destaca mucho la importancia de la educación y entre sus condenas, destaca la obligación de acabar la
ESO...
Ésa es la que más dicto...
Pero, ¿a veces no es muy partidario de la mano dura?
Soy partidario del término medio, ni del padre autoritario ni el padre colega. Debemos tener autoridad sobre nuestros hijos así como el maestro debe tenerla sobre los alumnos. Y lo de que todos
somos iguales, pues unos más que otros. Yo no soy igual a mi hijo porque soy su padre. Y el maestro tampoco es igual al alumno, porque es su maestro.
¿Cómo se logra el término medio?
Con una vuelta al sentido común.
¿Y cómo logramos el sentido común?
En este asunto, me meto con los cuatro presidentes de gobierno de la democracia. A todos les ha faltado el sentido común. Me meto con Zapatero, que quitó el derecho de corregir a los hijos de
manera razonada y moderada. Me meto con Rajoy porque los jueces de menores le pedimos modificar el Código Civil y no lo hizo. Me meto con Felipe González, que quitó los centros de internamiento de
salud mental. Y me meto con Aznar porque quitó la mili...
¿Volvería a instaurarla?
Sííííí (enfatiza hasta el infinito). Cuatro o cinco meses, no como en mi época. A todos los ciudadanos y ciudadanas. Que aprendan la disciplina, el esfuerzo. Todos iguales, pelaícos. Que sepan lo
que es el Estado y la patria.
Eso es mano dura, ¿no?
Suena a disciplina, autoridad, esfuerzo, a compañerismo, a igualdad. Yo era antimilitarista... Al cabo de tiempo, he visto cosas buenas. También hubo cosas malísimas en la mili, ¿eh? Emmanuel
Macron lo ha copiado pero de un modo suave, porque ha puesto un mes. Yo lo ascendería a cuatro o cinco meses.
Baleares tiene una de las mayores tasas del país de menores condenados. ¿Qué lo explica?
No conozco con exactitud la problemática de Baleares. Supongo que la inmigración influye. ¿Cuál es el índice de fracaso escolar?
Un 26,5%, una de las más altas del país. Jóvenes que abandonan los estudios y empiezan a trabajar en puestos poco cualificados de la industria turística.
Una tasa de fracaso escolar similar a Andalucía, el territorio que yo conozco. Es una vergüenza. Los niños tienen que estar en la escuela. Echo de menos un pacto por la educación, una ley que
dure una generación entera, no una legislatura solo. Lo fundamental, la familia y segundo, la escuela.
¿No se trata de un discurso muy conservador?¿La familia es la panacea?
La familia es la base de la sociedad.
Pero no todas las familias funcionan bien...
Por supuesto. Por eso debemos regular las familias. Cuando las feministas decían el 8-M que si las mujeres paran, se para el mundo. ¡No! No se para, ¡se acaba el mundo! Por eso, hay que cambiar
la regulación de la familias. Tenemos familias que se han creado de dos familias fallidas, de padres homosexuales, monoparentales... pero es la base de todo. No conozco a ninguna de las familias
anteriores que no esté ayudando a un hijo, a un nieto, a un sobrino. Luego, está la escuela. La sentencia que más dicto es condenar a los chavales a sacarse la ESO y la que más me duele. Hay mucho
chaval analfabeto de 15 años. La educación es la ventana a la libertad.
La asociación Proyecto Hombre de Baleares tiene un programa de lucha de adicción contra la tecnología. En enero de 2018, contaba con 4 hikikomori -jóvenes que se aíslan en su habitación
enganchados a la tecnología- en tratamiento. A uno de ellos hubo que sacarlo del cuarto por orden del juez, porque agredía a la madre cuando le cortaba Internet o entraba a la habitación. ¿Qué ocurre
con la tecnología?
Hay dos delitos en ascenso entre los menores: maltrato de hijos de clase media o media-alta a sus padres. Segundo, los móviles. Delitos de amenazas, chantajes, coacciones, contenido sexual,
delitos contra el honor o la intimidad. Lo digo desde hace tiempo -señala el móvil-: eso es una droga. Soy fumador y no le daría a mi hijo de dos años un cigarro. Estoy hasta las narices de ver a
padres que mientras se toman la cerveza en el bar, le dan a su bebé de un año un móvil para que no moleste. Luego, el teléfono es un instrumento muy peligroso para delinquir o para ser víctima de
delitos.
¿Cuál es el caso más grave que se ha encontrado?
Una niña de 12 años que se peleó con el novio, de 14. Se empareja con otro colega, que le pide una prueba de amor. La chica se hace una foto y se la envía por whatsapp. Le pide otra prueba, y la
niña le envía una foto del pecho. El niño le pide una prueba de amor todavía más fuerte y la niña le envía un video masturbándose durante 6 minutos. El nuevo novio se la envía al antiguo, y éste la
difunde a todo el mundo en el ciberespacio. Me llamaron la atención porque dije que las niñas se hacían fotos como putas. No me dio tiempo a decir que los niños se hacen fotos como putos. Pero se las
hacen. Ahora hay que decir que se hacen fotos erótico-místicas... Pero cuando un niño cuelga una imagen, pierde el control sobre ella. Ya tenemos grabaciones de películas porno entre chavales y se
están colgando.
¿Qué condenas se imponen en estos casos?
Depende, puede que libertad vigilada. El problema son las responsabilidades civiles que tienen que pagar los padres. ¡También me llamaron la atención porque dije a los padres que había que violar
la intimidad de los hijos! ¡Pues claro! ¡Cómo toda la vida! En mi época se registraba la mesilla de noche o los bolsillos.
En Palma, un menor fugado de un centro de menores, entró en una casa. Violó a la dueña y luego quemó la vivienda. ¿Sirven los centros de menores?
Se ha criticado La Ley de Menores, pero funciona. El 80% de los chavales que cometen delitos no son delincuentes. Hay que ayudarlos a madurar. Otro 10% sí es carne de cañón. El otro 10% es muy
trabajable, depende del momento, la oportunidad, una buena pareja. P.- Una amiga pierde a su hija de 4 años en un centro comercial. Cuando la niña aparece, la madre le da un abrazo y le regaña
levemente. A un niño de la generación anterior, le hubiesen dado un cachete en el culo. ¿Qué opción prefiere?
Una amiga pierde a su hija de 4 años en un centro comercial. Cuando la niña aparece, la madre le da un abrazo y le regaña levemente. A un niño de la generación anterior, le hubiesen dado un
cachete en el culo. ¿Qué opción prefiere?
Depende del momento. Pero confundir un cachete con un maltrato es una barbaridad. Yo le he dado a mis niños cachetes en el culo o una torta, no pasa nada. Rajoy le dio un cachete a su hijo en la
tele.
¿Fue correcto?
Sí. Se le criticó mucho. Ahora le das una colleja a un niño en la caja de El Corte Inglés y una señora te dice que hay maltrato e incluso te pueden quitar al niño. No tenemos sentido común. Tu
padre seguro que te educó de otra forma y quizás tenía menos formación que tú, pero tenía más sentido común que la generación actual. Insisto, nos han vendido la película de que somos iguales y no.
El principio de autoridad es un principio fundamental de un Estado democrático y de derecho.
Tenemos un pasado de 40 años de autoridad que tampoco fue el mejor...
Y no aprendimos nada. Mira donde estamos. ¡No hemos aprendido nada! Creo que nunca se debió transferir a las autonomías la educación, la sanidad, la justicia, la seguridad... Eso tiene que
llevarlo Madrid. ¿Qué ha pasado?Pues 155. ¿Por qué?Un niño malcriado al que le han dado y dado. Con los hijos, pasa lo mismo. Para ellos tenemos el 155 del Código Civil [Los hijos deben obedecer a
sus padres mientras permanezcan bajo su potestad]. Habrá que hacer otro 155 para la escuela.
Cuando el hijo de una pareja divorciada comete un delito y hay que indemnizar, han de pagar el padre y la madre: no vale escaquearse
Buenas, soy Emilio Calatayud. Cuando el hijo de una pareja que está divorciada comete un delito que conlleva una responsabilidad civil (que hay que pagar, vaya) puede ocurrir, y de hecho, ocurre
alguna vez, que el padre o la madre quieran escaquearse con argumentos tan inconsistentes como el que sigue: “A mí déjame en paz, no quiero saber nada de él”. Pues no, señor o señora, eso no es así.
De hecho, cuando uno de los excónyuges no da señales de vida a pesar de haber sido avisado y citado, lo normal es suspender el juicio hasta que se dé por aludido. Y si hay mandar a la Policía a
buscarlo, pues se le manda. Y si no, habérse pensado antes los de ser padre o madre.
“Me da vergüenza que mi hijo robe, pero me da más vergüenza que lo condene a barrer, yo pago mis impuestos para que haya quien barra”
Buenas, soy Emilio Calatayud. A veces, cuando intentamos poner una medida de servicio en beneficio de la comunidad a un niño -que es algo que el implicado y su familia tienen que aceptar
voluntariamente-, hay padres que se niegan porque les da vergüenza que su ‘chavea’ tenga que limpiar un botellón, barrerlo o lo que sea. Les causa más bochorno verlos con una escoba entre las manos
que cometiendo un delito. Manda huevos. Te dicen: “Me da vergüenza que mi niño robe, pero me da más vergüenza que lo condene a barrer”. Y algunos te salen con eso tan manido de que “yo pago mis
impuestos para que haya quien barra, así que mi niño no barre”. Parece que lo consideran algo indigno.
Hay padres que no entienden el profundo sentido de la ‘Ley de la botella: el que la tira va a por ella’. Y luego salen los niños como salen.
Además, habría que ver si es cierto eso de que pagan sus impuestos, que nos podemos llevar más de una sorpresa.
“Mi hijo no ayuda en casa porque dice que la falta motivación”
Buenas, soy Emilio Calatayud. Motivar, en principio, está bien. Supongamos que una persona está convaleciente de una enfermedad, pues igual hay que motivarla para que vuelva a la normalidad cuanto
antes. Supongamos que alguien ha sufrido un revés del tipo que sea (laboral, económico, etc), pues igual la motivación si está indicada, pero sin pasarse, que la gente tiene derecho a quejarse y a
deprimirse.
Pero motivar a alguien, por ejemplo, a un hijo, para que cumpla un deber no es una buena idea. Los niños tienen que ir al colegio porque es su obligación y punto. Nadie viene a motivar a los
padres cuando se levantan por la mañana para preparar el desayuno a los niños. Ni tampoco cuando se van a la oficina o a la obra a ganarse el pan con el sudor de sus frentes. Habrá días que lo hagan
más contentos y otros menos, pero eso es lo normal. Es el problema de las obligaciones, que son obligatorias. No creo que haya que motivar a nadie para que ejerza un derecho, lo hace y punto.
Pues con los deberes, lo mismo. Todo esto viene a que alguna vez he escuchado cosas como estas: “Mi hijo no ayuda en casa porque dice que le falta motivación”, ¡Anda ya!
Cuando hay niños que están pensando en el sexo y en violar en lugar de jugar a policías y ladrones es que nos hemos equivocado en todo
Buenas, soy Emilio Calatayud. Supongo que ya todo el mundo conocerá el suceso que está investigando la Fiscalía de Menores de Jaén por una posible agresión sexual de varios niños a otro en una
escuela. Lo primero es dejar trabajar a la justicia, y más cuando se trata de menores. No hagamos espectáculos, por favor. También es necesario dejar claro que es un hecho muy poco habitual y que los
colegios son seguros.
Pero también es verdad que todos los jueces de Menores hemos visto casos de este tipo y me temo que cada vez veremos más. Cuando hay niños de doce años que sólo están pensando en el sexo y en
violar en lugar de jugar a policías y ladrones es que nos hemos equivocado en todo. Tenemos que dejar que los niños sean niños y no empujarles a ser adultos prematuros. Pero lo cierto es que hay
muchos niños y niñas de doce años que han visto porno. Está a un clic de sus teléfonos inteligentes.
Es la sociedad del todo vale para vender. Queremos que sean adultos y son niños. Y algunos puede creer que el porno es la realidad. Y pasa lo que pasa.
¿La solución?: educación y autoridad. No hay otra. Que los maestros no vayan con miedo al colegio. ¿Cómo van a regañar los maestros a un niño que acosa a otro si sabe que luego va a venir el padre
del acosador y le va a meter una bronca o un viaje? Si es que no le agrede el propio alumno.
Y lo que digo siempre, que no se tape el acoso en la escuela, que se denuncie, porque si no, irá a más. Y enseñemos a nuestros hijos que reírse de las víctimas para congraciarse con los
matones es de cobardes. Quien tiene que sentir vergüenza es el agresor y no la víctima…
Educación, educación, educación y autoridad….
Juez Calatayud: "Confundir un cachete a un hijo con maltrato es una barbaridad"
PEDRO SIMÓN Granada
El juez Emilio Calatayud, en el
Cerro de San Miguel este miércoles. REPORTAJE GRÁFICO: ALBERTO DI LOLLI
Es el juez decano de menores en España, ha juzgado a unos 20.000 niños y aquí habla del mal uso de los móviles, la falta de autoridad de los padres y hasta de su internamiento adolescente
"Suspendí ocho, yo no era malo, pero iba con un grupo y entrábamos en casas, cogíamos cosas, dinero...", reconoce sobre su juventud
"Es más difícil ser padre que ser juez. Yo al fin y al cabo tengo a la Guardia Civil y le puedo dar un par de hostias al chico jurídicamente hablando. ¿Pero el padre?"
Si estuviésemos en un western, Emilio Calatayud sería el sheriff que se toma los güisquis de un trago, planta cara al forajido en medio del saloon y se enciende
la cerilla en la barba de dos días con sólo rascar el fósforo. Un tipo honesto y duro, con ojos y arrugas del que lo ha visto todo.
Lo piensas cuando le escuchas hablar con ese vozarrón y te señala con ese dedo que parece un Winchester mientras contesta: «A mí llámame Emilio, coño, y de tú».
Pero estamos en el Juzgado de Menores de Granada y al juez de adolescentes que más tiempo lleva ejerciendo en España nadie le llama así. Es «don Emilio» para los dos guardias de
la puerta, para los funcionarios, para el educador que viene a verlo, «don Emilio» para la madre de la víctima y hasta para el asesino.
Calatayud no lleva placa de sheriff, pero sí un corazón de ley a la altura del pecho.
-Ahí está el expediente, don Emilio. Un chico de 14 años le ha atravesado la mano a su madre con un cuchillo.
-¿Y eso?
Encarni, funcionaria del juzgado, termina de explicar.
-Ha sido porque le quitó internet... don Emilio.
Si estuviésemos en un western, el sheriff ahora escupiría por el colmillo. Pero lleva puesta la toga y no es plan. Así que hace un gesto de rabia y contesta como cualquiera.
-Vamos, un hijo puta...
Muchos jueces defienden recuperar el derecho de corrección de los padres a los hijos...
Eso lo reclamamos los jueces al entrar Rajoy: el derecho de corregir razonable y moderadamente a los hijos. Es lo que decía el Código Civil hasta que lo cambió Zapatero. ¿Cómo se corrige
moderadamente? Eso ya cada uno...
¿Consecuencia?
Ahora los chavales no reconocen ninguna autoridad. Toda autoridad tiene un derecho sancionador, lo hemos visto con el 155... [En lo que queda de respuesta golpeará hasta cinco veces con el puño
en la mesa] ¿Qué derecho sancionador tengo yo con mi hijo? ¿Entonces qué autoridad tengo si no dispongo de un derecho sancionador? Te dicen que hay que educarlos sin atentar contra su integridad
física o psíquica. ¿Y eso cómo se hace? Si al niño le digo que no, se trauma [irónico]... Es lo mismo que en Cataluña: se ha permitido todo hasta que se ha desbordado la criatura.
Pasamos de los correazos del franquismo a ponerles el desayuno acojonados por si no les gusta.
Hemos pasado de ser esclavos de los padres a ser esclavos de los hijos. Ya hemos visto sentencias que condenan a una madre por pegarle un soplamocos a un niño y darse con el lavabo en la
barbilla: 65 días de prisión... Yo no soy partidario del castigo, pero confundir un cachete con un maltrato me parece una auténtica barbaridad.
Hay muchos pedagogos que dicen que castigar a un niño es una abominación.
Eso es un disparate. Yo soy lo que soy gracias a mis padres. Y a mí me han castigado lo que no está escrito. Si mis padres no me hubiesen castigado seguro que no era juez... A ver, ¿cómo puedes
evitar que un niño de tres años meta los dedos en un enchufe?
Fácil.
Hay dos posibilidades. Cuando vaya a meter los dedos le das en la mano: «Pupa, nene». La otra es que le digas: «No introduzcas los dedos en el enchufe porque puedes originar un cortocircuito con
unas consecuencias para tu salud». Te pones a razonar con el niño y se te electrocuta el niño... Si hasta Rajoy le pegó una colleja a su hijo en la radio.
Muchos niños quieren las cosas aquí y ahora. Y los padres van corriendo con la red debajo.
El problema es que los niños no admiten la frustración. Y la frustración es muy buena. Estamos haciendo unos niños muy light. Y la vida es dura.
¿Qué hace más daño a un niño, la abundancia o la carestía?
Las dos. Hay chavales que lo tienen todo y cometen un delito. Chicas a las que les he quitado el móvil de 800 euros un fin de semana e intentan un suicidio. Otro que le rompió la nariz a su madre
ciega por desconectarle el ordenador: el chico llevaba meses enganchado a un juego en red sin dormir...
A lo que está enganchado Emilio Calatayud (sin el don) es a su Albaicín, al Madrid, a sus amigos, a sus «chorizos» y al tabaco de liar. Para fumar menos, se los hace muy finos y les pone dos
filtros. Otra vez la imagen del western: el pitillo se le consume mientras habla y habla y te recuerda un poco a Lucky Luke.
-Cuando les condeno me llaman hijo de puta, pero luego me lo agradecen. ¿Tú fumas?
-No.
-Yo fumo pero ando mucho. Un roble.
Dice el juez que cuando era joven nadaba bastante y hacía los 100 metros en menos de un minuto. Lo hemos estado mirando: en los Juegos de Río hubo un señor etíope que tardó cinco
segundos más que el juez en recorrer esa distancia.
¿Algún menor te ha pedido por favor que le pongas límites?
Eso te lo agradecen después. Mira todos esos regalos que hay ahí. Son de chicos a los que condené. Los que absuelvo no vuelven... Hace cinco meses estaba tomando una cerveza. «Usted me condenó a
una redacción de 200 folios, todavía me acuerdo de lo que me dolía la mano, pero me he sacado las oposiciones de bombero». Esa es la mayor satisfacción para un juez.
¿Y el mejor regalo de los que tienes ahí?
Esa talla que ves ahí me la regaló un menor que le pegó cinco tiros a su suegro y al que condené a ocho años de internamiento.
¿Por qué lo mató?
Porque se enteró de que su suegro violaba a su mujer. Me dijo: «Don Emilio, yo voy a hacer lo que usted me diga, pero si me vuelve a pasar lo volvería a hacer». Hoy es un tipo estupendo con tres
niños, su mujer y su trabajo.
¿Y la piedra la talló él?
No, no, ¡la robó!... Es del siglo IV. Yo me asusté al verla... Llamé a la Guardia Civil, la tasaron los expertos y se decidió que se quedara aquí en los juzgados.
¿De qué sentencia estás más orgulloso?
De la de un chico enganchado a la droga al que condené por tentativa de asesinato. Iba con otros, abordó a dos chicas, se las llevaron a un descampado y al tratar de huir les pegó varios tiros.
No las mató. Se comió ocho años. No le autoricé a salir para casarse ni cuando tuvo el niño.
¿Y qué sabes de él?
Ahora es amigo mío.
¿Los móviles están cambiando a los chicos?
Muchísimo. Recuerdo el caso de una niña de 12 años que se peleó con su noviete de 14, entonces un coleguilla del chico le dice a la chica que si quiere ser su nuevo novio. Y le pide una prueba de
amor. [Da un golpe en la mesa. En lo que queda de respuesta la grabadora registrará hasta cuatro veces un golpe del puño en la mesa]. La niña se hace una foto y se la manda por WhatsApp. El nuevo
novio le pide una prueba de amor más fuerte. La niña le manda una foto en tetas. El nuevo novio le pide una tercera prueba de amor. La niña le manda un vídeo de seis minutos masturbándose. El nuevo
novio se lo manda al antiguo. Y éste lo cuelga.
Las palizas ahora no se dan en los recreos sino en las redes.
Esto [coge su teléfono] nos está ocasionando tres problemas. 1) es una droga; 2) es un instrumento muy peligroso para cometer hechos delictivos. Y 3) es un instrumento muy peligroso para ser
víctima de un hecho delictivo. Yo soy fumador, pero a mí nunca se me ha ocurrido darle un cigarro a mi hijo con dos años. Pero estoy harto de ver a padres que le dan la tablet a bebés para que no den
la murga en un restaurante. Yo lo primero que hago nada más levantarme es encenderme un cigarro. Cualquiera que haga lo mismo con el móvil tiene un problema.
¿Tendrías menos trabajo si no existiera internet?
Sí. Y menos desagradable. Porque yo pongo a los padres a ver el vídeo del juicio. Hubo una vez en que cuatro chicos y una chica le dieron una paliza a un mendigo y lo grabaron. Les leí el escrito
de alegaciones y los chavales decían que no. Dije: «Se ha terminado». Me cogí a un padre y a otro y a otro, cada uno con su hijo, a solas, y les fui poniendo el vídeo. No veas las caras.Porque el
padre no se cree lo que hace su hijo...
En el mirador del Cerro de San Miguel de Granada, justo al lado del centro de menores, varios jóvenes hacen botellón. El juez se acaba de quitar el casco y se baja de la moto. Uy si estuviésemos
en un western.
Paseamos. Le hacemos unos retratos. El hombre toca la pared del edificio donde hay chicos en régimen cerrado como el que pone la mano sobre una barriga preñada. El juez que condena a hacer
un cómic al que pinta una pared o a dar clases de informática al hacker no se olvida de sus otros condenados.
-Hay una persona en esa ventana del centro, Emilio. Arriba. A la derecha. Te está mirando.
-Es un niño. Cuando a las diez se apagan las luces en el centro de menores de Oria o en este de San Miguel, lo que se escuchan son llantos de niño.
¿Es más difícil ser padre o ser hijo?
Es más difícil ser padre que hijo. Y es más difícil ser padre que ser juez. Yo al fin y al cabo tengo a la Guardia Civil... [se ríe] y puedo dar un par de hostias jurídicamente hablando. Pero el
padre...
¿Fuiste peor padre o hijo?
He sido peor hijo. Lo que sí he sido es buen marido... Perdí a mi mujer hace seis años. De cáncer de pulmón. Treinta años juntos. Falleció el 25 de agosto de 2011. Azucena tenía 50 años y yo 56.
Me acuerdo de una imagen de Gran Torino, una peli de Clint Eastwood en la que sale escupiendo sangre en el pañuelo. Así veía yo a mi mujer. Fueron años duros y felices... Lo que más siento
es no haberle dicho todos los días lo mucho que la quería. Luego entré en un túnel, claro. Comía en los bares, no me cuidaba... Me costaba entrar en casa, no iba más que a dormir, todo el día
trabajando o zascandileando. Me salvó la familia, el trabajo, el barrio.
¿Qué habría hecho el juez Calatayud con el adolescente Calatayud?
Le hubiese internado. Yo era el cuarto de siete hermanos y mi padre me internó con 13 años.
¿Y qué hiciste?
Suspender ocho. Es que era tímido para los estudios [sonríe]. Y mi padre me ayudó a vencer la timidez... Y al verano siguiente me metió en un garaje de coches a trabajar. A 500 metros del
colegio. Cambiar aceite, lavar coches, de todo...
¿Sólo por eso te mandaron a un internado?
Hombre, yo no era malo, pero iba con un grupo y entrábamos en casas... Cogíamos cosas, dinero, travesuras...
¿Has conocido a algún chico del que hayas dicho: «Coño, así era yo a su edad»?
Claro. Cuatro chicos cometieron el mismo delito que yo: entraron a una casa de verano en una urbanización. Los padres, gente bien, estaban deseando que yo los machacara. Yo les pregunté a los
chicos: «¿Os han castigado vuestros padres?». Y ellos: «Sí». «¿A qué?». A esto, a esto y a esto, me dijeron. «Pues entonces marchad, no os preocupéis, que lo único que os puede pasar es que lleguéis
a ser jueces de menores».
Hay padres que dedican demasiado tiempo a organizar la vida de sus hijos y no pasa ‘na’ si alguna vez se aburren
Buenas, soy Emilio Calatayud. Me comentan mis compañeras del juzgado -todas las funcionarias son mujeres, con lo cual aprendo todos los días algo- que hay padres hoy en día dedican demasiado
tiempo a organizar las vidas de sus hijos. “Que si vamos al judo, que si vamos al inglés, que si vamos al cine, que si vamos a andar en bici… Parece que nos da miedo que se aburran”, comentaba
Encarni, una de mis funcionarias. Llevan razón mis compañeras. ¡Que se aburran los niños, que no pasa ‘na’! Y si no que inventen ellos. El aburrimiento puede ser muy creativo. “Cuando yo era niña, no
me aburría nunca y no teníamos ni la mitad de la mitad de las cosas que tienen los niños de ahora. Estábamos todo el día en la calle y lo último que queríamos era volver a casa”, añadieron mis
compañeras. Y es verdad. Cuando yo era niño, nos organizábamos nosotros, los propios chavales.También el ocio: Un día hacíamos una cabaña -anda que no habré hecho cabañas-, otro jugábamos a policías
y ladrones, otro a correr por correr, otro al escondite, otro a la peonza, otro cambiábamos tebeos… Y cuando los padres tocaban diana, “¡a merendar!”, todos para la casa. Bocata, algo de deberes y a
la calle… Echábamos de menos aburrirnos.
Cuando un hijo adolescente convierte el hogar en un infierno no son las hormonas, es un delito
Buenas, soy Emilio Calatayud. Cuando un hijo adolescente convierte el hogar familiar en un infierno no es un problema de hormonas que se le pasará cuando se haga adulto. No es la edad del pavo. Es
un delito y hay que denunciarlo. Ya sé que es fácil decirlo, pero cuando se han traspasado todos los límites y el niño, o la niña, porque aquí no hay diferencia entre los sexos, se convierten en los
sheriffs de la casa, hay que ir a la Fiscalía de Menores y denunciarlo. La solución, y yo eso lo he visto, no es blindar las puertas del dormitorio para protegerse del niño o la niña.
Si lo denunciáis, lo más probable es que, con el paso del tiempo, os dé las gracias, Es lo que pasa en la mayoría de los casos.
Hablo de este tema porque suelen escribirme padres que están pasando por este trance tan complicado. Lo llevan como pueden. Tienen miedo a su hijo y a la vez se siente culpables por ello. Pero las
cosas ya no son como hace diez años, cuando empezaron a aflorar los primeros casos. Ahora se tiene más experiencia y los resultados son satisfactorios.
Pero no son las hormonas, no…
Padres y madres “amenazan de muerte” a una árbitro menor de edad en un partido de alevines: hay quien no vale para ser padre ni madre
Buenas, soy Emilio Calatayud. Cuenta César Guisado en el periódico IDEAL que el pasado sábado, día contra la violencia hacia la mujer, varios padres y madres “amenazaron de muerte” a una
árbitro menor de edad durante un partido de alevines en un pueblo de Granada. Por lo visto, la niña se fue del campo llorando por las barbaridades que le llovían desde la grada. Parece que el club ya
ha prohibido entrar en las instalaciones a la madre que, supuestamente, llevó la voz cantante y ha invitado a la árbitro a que vuelva a pitar en el campo para desagraviarla. No sé qué pensarán los
hijos de estas personas, o sea, los alevines, del comportamiento de sus padres y madres. Pero no creo que estén orgullosos. Lo que sí está claro es que hay quien no vale para ser padre ni padre. Y
como digo siempre, bastante bien salen algunos chavales con los padres que tienen.
Espero que esta niña se recupere del disgusto y siga arbitrando: que no se salgan con la suya los que te amenazaron. ¡Ánimo y un beso!
“Tú hacías como que te follabas a la chica y tus amigos se reían, ¿si se lo hicieran a tu hermana también sería gracioso?”
Hola soy Carlos Morán. Hoy es el día contra la violencia machista y don Emilio conoce muy bien la vertiente adolescente de esa epidemia. Aquí os dejo la conversación que mantuvo durante un
juicio con una pandilla de estudiantes -normales y de un colegio normal- que se sentaban en el banquillo de los acusados de vejar y acosar a una compañera de clase durante meses. Así
se lucha contra el machismo más joven desde las trincheras. El diálogo es crudo, pero es que la realidad también lo es.
-“¿Y tú que hiciste?”.
-“Pues la cogí por las piernas y empece a moverme como si…”
-“¿Cómo si qué?”
-“Es que…”
-“Como si te la estuvieras follando, ¿no?”
-“Pues sí”.
-“¿Y qué hacían tus amigos?”
-“Se reían”.
-“¿Y tú?”
-“Yo también. Es que era una broma”.
-“¡Una broma” ¿Si se lo hicieran a tu hermana también sería gracioso?”
“-No”
-“Vale”.
Don Emilio condenó a todos. Y a ninguno le pareció gracioso.
¿Qué hacer si un hijo adolescente amenaza con irse de casa porque no se sale con la suya?
Buenas, soy Emilio Calatayud. No es fácil ser padre ni ser hijo. Y no hay libro de instrucciones ni para lo uno y no para lo otro. Esta breve introducción tiene que ver con una cuestión que se les
plantea a muchos padres y muchos hijos en la época de la adolescencia (de los hijos, claro, aunque también hay padres que no superan la adolescencia nunca). Un buen día o un mal día, depende del
caso, el niño o la niña estallan y dicen que se van de casa porque los padres les ponen límites, etc. Que no les dejan salirse con la suya, vaya.
Es un momento complicado, y hablo por experiencia. Es que el niño o la niña son todavía menores y claro…, que no es fácil reaccionar. Según mi modesta opinión, que uno puede compartir o tirarla a
la papelera, caben al menos tres respuestas ante el ultimátum.
Vale, pues coge una muda y vete. Pero sólo una muda, que lo demás es nuestro que para eso te lo hemos pagado. Es un órdago, pero puede que el niño o la niña se vayan. Hay que ser fuertes. Lo
pasaréis mal y tendréis miedo, pero, lo normal, es que la muda con el niño y la niña estén de regreso en unas pocas horas.
No, tú no te vas. Nos vamos nosotros y los recibos y lo demás lo pagas tú. Buenas tardes, hijo/a. Al salir de la casa, y aunque no se sienta, es bueno fingir unos gritos de alegría para que el
niño/a se quede más perplejo de lo que ya está.
No te vayas, por favor, no sé qué haríamos sin ti. Esta última reacción es humanamente comprensible, pero los padres que se decidan por ella corren el riesgo de que el hijo/a se les acople
hasta que tenga 40 años y más allá.
El Juez Calatayud: «Los padres no deben creerse todo lo que les dicen sus hijos»
El magistrado aconseja cómo actuar ante el «bullying» y el control que deben ejercer los progenitores ante el uso de las nuevas tecnologías
El juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, conocido por sus sentencias ejemplares, habla con ABC después de sus polémicas declaraciones en la cadena de televisión
pública con las que generó un debate sobre el uso que hacen los menores con las redes sociales. De modo, que el magistrado hace una reflexión sobre cuál debería ser la edad recomendada para utilizar estas herramientas y la actuación que deberían tener los padres.
Una serie de claves para el comienzo del nuevo año escolar en el que cada vez más, las nuevas tecnologías adquieren un mayor papel en los casos de «bullying». Además, aprovecha esta entrevista
para adelantar que varios diputados han respondido a su invitación para acudir a juicios de menores para que analicen la actual situación de analfabetismo.
—Sus palabras en el programa «La Mañana» de TVE, generaron mucha controversia ¿Se esperaba esta reacción de la gente?
—La gente es libre de opinar, creo que se fijaron más en la forma que en fondo del asunto. Si a alguien más le ha molestado pido disculpas, pero nada más, esa es la realidad y cuando hablo de
niñas, me refiero a niñas y a niños.
—¿Cree que fue exagerado?
—Hay gente para todo, yo no valoro si es mucho o poco, cada uno es libre de pensar lo que quiera. Ni me sorprende ni me deja de sorprender, hay gente que me da la razón y otra que se mete conmigo
y me parece muy bien porque para eso está la libertad de expresión.
—¿Ha recibido alguna llamada por parte de diputados o senadores para acudir a los juicios tras su invitación?
—Sí, he recibido algunas. Se han puesto en contacto conmigo y van a venir unos cuantos. Será próximamente, en este trimestre.
—En cuanto a los nuevos retos del curso escolar, ¿cree que los deberes son necesarios para la educación de los niños?
—Yo creo que los deberes son necesarios. Por trabajar un poco en casa no pasa nada, aunque los maestros sí deben medir el volumen de los deberes. Lo que no es tan necesario es tanta actividad
extraescolar. Los niños tienen que estudiar un poquito por la tarde, repasar, etc. pero también tienen que jugar. Las familias están pidiendo menos deberes para los pequeños y los padres están
ocupando ese tiempo con más actividades extraescolares. Hay que buscar un equilibrio, los niños tienen una agenda más complicada que un ministro. No puede ser que se les mande tarea escolar y al
mismo tiempo tengan un montón de actividades extraescolares. Los niños tienen que jugar.
—¿Cuál es el curso más «peligroso» para la vida de un estudiante, es decir, el que pueda determinar si en un futuro será un delincuente?
—La ESO, 3º o 4º es complicado porque pasan muy chiquitillos a bachiller, se mezclan con gente mayor y les cuesta mucho, pero hay muchísimo fracaso en 2º ESO.
—¿Qué opina de que se pueda aprobar la ESO con dos suspensos?
—Una barbaridad, como que se apruebe con ley me parece otra barbaridad, por eso he invitado a los señores diputados a que vean que los chavales, después de estar en la escuela no sé cuántos
años, no saben ni leer ni juntar las letras y los que saben juntar las letras no saben lo que significan. Me parece una auténtica barbaridad. Hay que fomentar el trabajo y el esfuerzo, no igualar por
la ignorancia.
—¿Qué niños son los más propensos a que hagan «bullying»?
—No tengo un prototipo. Lo que sí está claro es el perfil de la víctima: chicos retraídos, diferentes o que tengan ciertas habilidades (el típico empollón de la clase), el más tímido en sus
relaciones o el niño que tiene síndrome de Asperger. Algo que ellos noten que es extraño, en cualquiera de las manifestaciones, les puede hacer más propensos al maltrato.
—¿Hay distinción alguna entre chicos y chicas?
—No, quizás sea más duro psicológicamente el acoso de las chicas.
—A su juicio, ¿existe alguna solución para frenar el bullying?
—Educación, implicación de los amigos y los padres, y sobre todo los centros educativos, que aunque activen los protocolos de acoso no quiere decir que se les exima de responsabilidad. Eso es
responsabilidad de todos, desde el niño que denuncie, los colegas, los padres y que los maestros que no se fíen y que estén alerta. Ahí estamos todos. Pero hay que tener en cuenta que el acoso
empieza desde muy jóvenes, a nosotros nos llega cuando ya tienen 14 años pero hay muchos casos que comienzan con 8 u 9 años. Las criaturas sufren mucho.
—¿Qué consejo le daría a un padre que sabe que su hijo está sufriendo acoso?
—Cuando un padre detecta que su hijo está cambiando el comportamiento (como que no le guste ir al colegio y antes les gustaba), o que cambia de carácter, etc., que lo diga, que exprese lo que
siente. También que el chaval suelte todo lo que tenga dentro, que hable. Que ambos exijan al colegio que tome medidas, que no se tape nada. Y desde luego, si los amigos tienen constancia de que
algún compañero suyo está siendo acosado, que lo pongan en conocimiento de padres y profesores.
En el caso que los docentes no le hagan caso y tenga 14 años, que lo ponga en conocimiento de la Fiscalía, pero primero del tutor y de sus maestros. Lo importante es que no se calle nunca y, desde
luego, que sea valiente. Aquí no se trata de ser chivato o no, estamos hablando de encubrir un delito. No podemos permitir que los niños encubran delitos o situaciones violentas.
Insisto: hay que hablar con la víctima y con los agresores, y los que tienen conocimiento de que a un chaval le están agrediendo tiene que avisar a los demás. Eso no es ser chivato, es ser un buen
compañero.
—Y en la situación contraria, ¿qué debería hacer un padre si sospecha que su hijo es un acosador?
—Controlar al chico y, desde luego, ponerle límites. Los padres deben decirle que «eso está muy mal hecho» y que «es un delito», lo que pasa que en función de la edad se le exime de
responsabilidad o no, pero eso no está bien.
Además, los padres no deben creer todo lo que le dicen sus hijos. A veces pensamos que nuestro hijo es el único santo del grupo, que los demás son malos y que él no hace nada. Todos piensan que
sus hijos son muy buenos y después resulta que no saben qué hacen sus hijos dentro del grupo.
—¿Las redes sociales han incrementado los casos de acoso?
—Sí, se ha aumentado el número y sobre todo el daño moral y psicológico que se hace a esa persona porque se difunde mucho más. Antes cuando te metías con el compañero lo sabía el grupo, ahora si
se hacen grabaciones y fotografías, ese grupillo se convierten en 5.000 o 10.000 personas, luego el daño moral es mayor y el señalamiento de esa víctima también. Los perjuicios psicológicos son
mayores que antes.
—¿Es común que los casos de bullying sean retransmitidos por herramientas como Facebook Live?
—Eso es muchísimo peor, es una barbaridad y es muy frecuente.
—¿Cuál sería la edad mínima para que los menores pudieran abrirse una red social?
—Yo siempre digo que cuando se lo puedan pagar, porque el móvil e internet, el wifi lo pagan los padres. Pero como hay que ser modernos, desde luego fijaría la edad mínima en los 14 años y siempre
con un control de los padres. Digo a esa edad y no otra porque a los 14 la ley ya le puede exigir responsabilidades a ese chaval.
—Entonces ¿los padres deben entrar en las redes sociales de sus hijos?
—Sí, yo pienso que los padres deben de controlar lo que hacen sus hijos en redes sociales, porque si hacen algo delictivo no solamente se le exige responsabilidad al chaval, sino también a los
padres. Vigilar es una tarea muy complicada, pero mi consejo es que si no lo pueden controlar, que no las disfruten.
—¿Y cogerles el móvil?
—Es que no es de sus hijos, es suyo, entonces eso es lo que hay mientras que sean los padres los que costeen los gastos.
—¿Considera que son adecuados los recursos que ofrecen los centros educativos para combatir los delitos que realizan los alumnos dentro de sus aulas?
—Empiezan a tener más sensibilidad, pero todavía en temas de acoso se tapa mucho, se basan en la burocracia y es muy lento el procedimiento. Se están denunciando más, se están implicando,
pero vamos poco a poco porque aún se tapa, es muy difícil de llegar al final del tema y sobre todo es muy lento.
—¿Qué opina de que los responsables de los centros educativos castiguen a aquellos alumnos que realicen algún delito solo con días de no asistencia a clase?
—La expulsión es una barbaridad, yo no soy partidario, Lo que pasa es que ahí los centros escolares deben contar con el consentimiento de los padres, pero yo soy partidario de que el chaval
realice actividades dentro del colegio como sanción. La expulsión no conduce a ningún lado, los niños tienen que estar en la escuela.
—¿Cuál es su postura sobre las novatadas al comienzo del curso?
—Siempre que sean con gusto y con gracia bien, ahora las novatadas que se ven en la televisión me parecen una auténtica barbaridad. Yo las he sufrido de pequeño y no ha pasado nada, pero novatadas
con gracia. Todo lo que sea un comportamiento vejatorio contra las personas o incluso un maltrato de esas personas me parece una barbaridad. Pero una novatada con gracia tiene su encanto como toda la
vida, siempre que sea sin menoscabar la integridad ni física ni psíquica de las personas, cómo se produce en algunas ocasiones.
—¿Qué tipo de novatadas ha sufrido?
—Cuando yo era pequeño aparecía con la cara pintada con pasta de dientes, que la cama de la litera te la hicieran mal y que te las encontraras sin preparar o salir de paseo haciendo un poco el
tonto, vamos cosas graciosas pero cuando entremos en vejaciones y maltrato, eso es una auténtica barbaridad.
—Algunos partidos políticos apuestan por endurecer la Ley del Menor, ¿está de acuerdo?
—No, la Ley del Menor está bien, no soy partidario de endurecerla. Lo que hay que hacer es denunciar a aquellos chavales que acosan y facilitar las pruebas, porque muchas veces los compañeros no
quieren declarar. Hace falta aplicarla y que nos den facilidades los centros escolares y todos los ciudadanos para que se pueda llevar a cabo la investigación, pero no hay que endurecer las medidas
porque están bien.
La fiscalía alerta sobre las fotografías de menores “en poses eróticas” en las redes sociales
A ver a qué os suena esta advertencia… La última memoria de la Fiscalía Superior de Andalucía, el documento que recoge los datos sobre la actividad del ministerio público en Andalucía durante
2016, alerta sobre las fotos de menores “en poses eróticas” en las redes sociales. “Cada vez son más frecuentes las modalidades delictivas cometidas por medio de la informática, con casos
de suplantación de identidad en las redes sociales. La utilización de la red tiene lugar para cometer delito, para la obtención de fotografías en poses eróticas para luego distribuirlas, para la
grabación de palizas, de amenazas o bien de toda clase de vejaciones, aplaudiendo la reforma operada en el artículo 197 del Código Penal relativa a la revelación de secretos, o bien el brote
específico de la delincuencia a través del un mal uso por los menores de otras Redes Sociales como Tuenti, Facebook o Twitter y, en este ultimo año, el WhatsApp»,
A ver a qué os suena esto otro: Para la Fiscalía General del Estado, “bajo estos comportamientos subyace la «devaluación de los valores de la intimidad y la privacidad, consecuencia,
(…), del culto narcisista de la propia imagen que caracteriza la sociedad actual», así como la «nula conciencia sobre las consecuencias de tales acciones». La Fiscalía General recordaba también que
suelen ser los propios menores los que suben sus retratos a las redes sociales.
El Juez Calatayud: «De un niño dictador, que hace lo que le da la gana, a los malos tratos hay un paso»
El magistrado de menores de Granada comenta sus preocupaciones y la evolución de los delitos en los jóvenes a raíz de las nuevas tecnologías a ABC
Lo primero que hace el popular Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud nada más llegar a los juzgados es sentarse durante unos minutos en su despacho para reflexionar antes
de empezar la jornada laboral. Una pequeña habitación llena de regalos de los niños del Centro de Menores «Tierras de Oria».
Calatayud es conocido por sus sentencias ejemplares
a los menores de edad. Sus preferidas: obligar a aprobar la ESO y
a aprender a leer, puesto que afirma que hay «mucho analfabeto». Sus 37 años de experencia le permiten saber los perfiles más frecuentes de los niños que comenten delitos aunque
confiesa que, con la aparición de las nuevas tecnologías, están cambiando.
El ciudadrealeño, uno de los jueces más mediáticos de la justicia española, habla con ABC de su trayectoria profesional, de sus preocupaciones y de la evolución de los infracciones de los
jóvenes.
¿Alguna vez le han llegado a su WhatsApp sus propios vídeos?
Sí, sí me han llegado vídeos, me hacen gracia porque son trozos de conferencias que la gente graba y luego los cuelga en la red. La verdad es que es una satisfacción que la gente los vea, pero
como son charlas que vengo haciendo hace mucho tiempo, me sorprende la repercusión que tienen. Yo soy el primer sorprendido del éxito de esos WhatsApp.
¿Cómo quiere ser recordado?
Me gustaría que me recordasen como un buen padre, un buen amigo y como juez, que hizo lo que pudo para hacer su trabajo lo mejor que supo. Creo que hay ser buena persona tanto en el ámbito
personal como profesional. No estaría mal: Hizo lo que pudo.
¿Le gustaría que siguieran su legado?
«Yo soy un producto de los medios»Emilio Calatayud
Yo no tengo legado, yo aplico la ley, hay muchos jueces que hacen exactamente lo mismo que yo, lo que pasa es que a veces les da miedo a hablar y yo cometí la ventaja o el inconveniente de hablar en
su día y entonces han creado un personaje. Yo soy un producto de los medios. Cometí la imprudencia de hablar en un momento dado y han creado un personaje.
¿Ahora se arrepiente?
No, a lo mejor fue una equivocación pero no me arrepiento, a lo hecho pecho. En aquella época era conveniente decir en qué consistía la nueva justicia de menores, cómo funcionaba, quiénes éramos y
ahora mismo se conoce gracias a esa época y me tocó a mí como podría haberle tocado a otro compañero.
¿En sus vacaciones ha recibido llamadas para seguir algún caso o aconsejar a algún joven?
El teléfono personal no lo doy pero cuando voy andando por algún lado se me suelen acercar. Ahora que he estado en Capileira (Alpujarra), algún padre o chaval que me ha visto ha venido a hablar
conmigo. Por suerte o por desgracia con el Whatsapp me conoce mucha gente y se acercan si tienen alguna duda. Para mí es una satisfacción, mi trabajo es juez y lo comprendo. Procuro ir por sitios que
más o menos estén tranquilos.
¿Cuáles son las consultas más frecuentes?
Qué puedo hacer con mi hijo, qué a haría con tal tema, o mi hijo está fumando porros o está abandonando la escuela, las malas compañías… Lo típico.
¿Cuál fue su primera sentencia?
El primer caso gordo que tuve fue en el año 1988, no había juicios ni nada, fueron dos hermanos, tenían 12 y 14 años, que mataron a su padre y lo emparedaron. Nos dimos cuenta que lo habían matado
al cabo de los meses porque hicieron mal el tabique y en verano no veas cómo olía la vivienda, por eso nos dimos cuenta. Te impresiona cuando los autores tienen esa edad y a partir de entonces ya vi
de todo. Ya he celebrado 36 o 37 juicios de asesinatos u homicidios de menores y he visto todo. Lo más desagradable es cuando las víctimas son pequeñas.
Ese fue el primer juicio gordo y de las primeras sentencias que dicté duras, claro era una privación de libertad gorda para esos dos chavales. En aquella época era internamiento y no había más,
porque estaban empezando a funcionar los centros de internamiento con arreglo a la nueva ley, entonces después esa gente salió para adelante. Hace mucho que ya no sé nada de ellos.
¿Por qué pensó en esa opción en vez de las tradicionales sanciones?
La primera sentencia que puse fue en el año 1989-90 a un chaval que en un control de alcoholemia a la salida de una discoteca y lo pillaron. Este chaval no tuvo ningún accidente ni nada y cometió
un delito de seguridad de tráfico, entonces yo pensé que mejor que encerrarlo, era que viese las consecuencias de conducir un ciclomotor bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Hablé con el
Hospital de Traumatología para ver si podía enviar a chavales allí y lo mandé. Aunque lo primero que hice fue llamar a la Guardia Civil para decirles que me parecía muy bien que hiciesen controles
pero lo que tenían que haber hecho era denunciar a la discoteca por vender alcohol a menores, que este menor iba a pagar pero ellos también.
«Había muchas formas de reparar el delito sin necesidad de la privación de libertad»Emilio Calatayud
En otro caso, hablé con un panadero amigo mío para que un chaval hiciese servicio de la comunidad en la panadería porque antes no había convenios, era por favores personales. Y el más conocido fue el
de un chaval que mandé a aprender a leer, lo tenía encerrado pero era muy listo, muy listo, así que le dije que «en cuanto aprendas a leer y a escribir te suelto». Al mes salió.
El chaval era un fenómeno en robar en el Centro Comercial Continente los aparatos de vídeos que eran muy grandes y estando allí, me dijo una cosa que siempre me marcó: «Don Emilio por qué no me
condena a aprender a leer, sé que voy a terminar en prisión y si usted me condena a leer y escribir me va a abrir una ventana a la libertad». Entonces siempre que puedo y me entero que un chaval no
sabe leer, escribir o no tiene la ESO, lo condeno a que aprendan porque es verdad que la educación y la cultura abren una ventana a la libertad y a la felicidad.
En aquella época y lo sigo diciendo, entendía que había muchas formas de reparar el delito sin necesidad de la privación de libertad, en función del delito y circunstancias de cada uno de los
chavales pues había que buscar evitar el internamiento si era lo mejor. Entonces empecé a poner medidas de esas, al principio no había nada y hablé con amigos, profesionales, poquito a poquito hasta
que participó la administración y el ayuntamiento, así empezamos.
Caroca sobre el Juez de Menores de Granada- OZELUÍ
¿Cree que existe un problema de analfabetismo entre los jóvenes?
Hay mucho analfabeto y es la sentencia que más me duele poner, es obligar a un chaval a sacarse la ESO cuando estamos en un país en el que ese nivel de estudios es obligatorio. Es una
vergüenza que los chavales abandonen la escuela con 14, 15 y 16 años y es una vergüenza que se aprueben los cursos por ministerio de la ley. Yo compruebo todos los días que hay mucho
analfabeto y muchos que saben juntar las letras pero no saben lo que significan las letras juntas. Es una pena. Y me da pena que se aprueben los cursos por ley sin tener una formación. No comprendo
cómo los políticos no se hacen un pacto por una ley educativa que dure una generación y no una legislatura, y que la misma se premie el esfuerzo y el trabajo duro.
¿Por qué existe este problema?
Los padres no tienen autoridad, se ha banalizado todo y no existe voluntad política de fomentar el esfuerzo, aquí se no están igualando por la ley del mínimo esfuerzo y no, nos
hemos equivocado a nivel político.
¿Cree que sus sentencias rehabilitan de verdad a los jóvenes?
«Tenemos un 10% que son carne de cañón»Emilio Calatayud
Hombre, se les da una oportunidad. El debate de la reinserción es que no puede haber ningún menor que pase por la justicia de menores y diga que no se le ha dado la posibilidad, otra cosa es que no
la aproveche. Pero la verdad es que sale mucha gente para adelante porque le ley funciona y por una razón muy sencilla, el 80% de los chavales que nosotros juzgamos cometen delitos pero no son
delincuentes. Todos hemos cometido tonterías, lo que pasa es que hoy en día todo son delitos.
De modo que ese 80% de los chavales nosotros lo único que hacemos es acompañarlos a madurar, la vida delictiva de un individuo comienza a los 12 años o 13, sube hasta los 18-20 y luego baja,
entonces lo que hacemos es ayudarlos a madurar. Ese 80% de chavales salen para adelante. Luego tenemos un 10% que es carne de cañón, influye donde han nacido, circunstancias,
genética o quiénes son tus padres. Y otro 10 por ciento que es trabajable y que depende del momento, la mitad sale para adelante.
Estamos evitando que el 85% de chavales que pasan por la justicia de menores acaben en la justicia de mayores. Son buena gente, cometen equivocaciones pero ya está. La diferencia es que muchos las
cometemos pero no nos han pillado.
¿Quién comete un delito es un delincuente?
No, quien comete un delito o dos no es un delincuente. Gracias a Dios cometen equivocaciones que tienen perfil de delito pero no lo son. Ahora, eso sí, hay un 10% que tiene perfil de delincuente y
son carne de cañón. Hay chavales que los ves y dices con este no hay nada que hacer. Es una pena pero así está el sistema.
¿Cuál es el caso del que se siente más orgulloso?
Muchos, normalmente son chavales que con el tiempo te saludan y te dan las gracias por haberlos condenado e incluso encerrado. Lo que más me satisface es cuando la condena es hacer la ESO y la
aprueban, e incluso hacen una carrera o módulo de formación profesional y están trabajando.
Hace unos meses me encontré con un joven de unos treinta años que me paró por la calle. Lo condené a hacer una redacción de unos doscientos folios por las dos caras a mano porque llevaba varios
robos y me dijo: «¿no se acuerda de mí? usted me condenó». Así que le pregunté cómo le iba y ahora es bombero. Que la gente te salude por la calle al cabo de los años es una
satisfacción muy grande.
Desde sus inicios ¿ha observado una evolución en los delitos de los jóvenes?
Antes cuando yo empecé en el año 1987-1988 me llegaban muchos chavales de clase marginal y ahora gracias a Dios se han equiparado las clases sociales. En función del delito tenemos un perfil. Por
ejemplo:
- Casos de maltratos de hijos a los padres: clase media-alta
- Ciberacoso: clase media-alta
- Acoso sexual: de todo tipo
- Robos: de todo tipo
Ya no hay distinción de clases sociales, aunque hay más casos de chicos 75% frente a chicas, el 25%, pero en violencia familiar y acoso escolar se equiparan. Eso sí, es verdad que la niña que sale
dura, aunque es menos frecuente, es muy dura. Pata negra, eh porque son mucho más listas.
Las nuevas tecnologías están variando el perfil de los chavales, existe mucha incultura. Saben manejar los móviles pero no son conscientes de que al publicar una foto o un insulto, las
consecuencias son muchísimo mayores a que cuando tú le dices a una persona que es un tal, que queda entre él y tú o un grupo de personas. Ahora queda entre 15.000 o 20.000 personas y los daños
morales son tremendos.
¿Está empeorando esta situación?
La cosa va a peor porque, además, hay un tema que me preocupa mucho, la adicción a las nuevas tecnologías. Mayores y menores están muy enganchados al móvil, tablet, etc.. yo por ejemplo estoy
llamando la atención a amigos míos. Yo soy fumador y nunca se me ha ocurrido darle a mi hijo un cigarro cuando tenía un año o dos años y estoy harto de ver a padres que están tomando una cerveza y
para que el niño no les dé el coñazo les suelta un móvil o una tablet para que jueguen. Es lo mismo que si le das un cigarro y eso nos está creando muchos problemas de adicción al
móvil y eso conlleva consigo consecuencia delictivas y de salud mental.
¿Cómo son los primeros indicios de un hijo maltratador?
Todo es cuestión de educación y respecto, cuando una criatura con 8 o 9 años empieza en la casa a hacer lo que le da la gana y si no lo consigue, empieza a dar golpes o gritar, ese niño al final
si los padres no lo paran se puede convertir en un niño dictador, en el sheriff de la casa. De ahí a malos tratos hay un paso muy corto. Hay que volver al principio de autoridad de
los padres y sobre todo el respecto.
¿Cómo afecta la separación de los padres a la actitud de los menores?
A veces los chavales lo pasan mal, incluso tienen comportamientos delictivos para llamar la atención sobre el matrimonio. Lo que sí se nota mucho es tanto la manipulación de los chavales como la
manipulación de los cónyuges con el chaval para hacer la puñeta al
«Han aumentado las denuncias de parejas que se quieren, luego se pegan y vuelven a odiarse»Emilio Calatayud
otro cónyuge. Lo pasan mal y a veces tiene consecuencias, en ocasiones tenemos que quitarlos de en medio porque están con: «ahora estoy con mamá, porque me conviene ahora me voy con papá», y tenemos
que meterlos en internados o pisos de convivencia. Lo triste es que no somos capaces todavía por mucha democracia de llevar separaciones amistosas.
Hemos notado que padre maltratador de su mujer que se separa, es frecuente que los chicos copien el comportamiento hacia la madre y su pareja. Estamos teniendo problemas entre parejillas
de jóvenes, es problema de educación, son auténticos maltratadores por ambos lados. Han aumentado las denuncias. Las cuestiones de las parejas que hoy se quieren, luego se pegan, luego se
acuestan, vuelven a odiarse, cuelgan fotos para hacerle la puñeta a la novia, hay mucho.
¿Hasta cuándo los hijos deben obedecer a sus padres?
Hasta que se mueran. No hay que obedecer, pero respetar siempre. Un padre educa hasta el mismo día que se muere. Siempre vas a querer más y respetar más a tus padres cuando eres
padre, entonces se valora lo que han hecho aunque se hayan equivocado. El cariño hacia los padres va en aumento. Hay que respetarlos y seguir sus consejos, al menos pensarlos.
¿Hasta cuándo y en qué circunstancias cree que los padres deben mantener a los hijos?
Hasta que estén en condiciones de ser independientes pero siempre dentro de unos límites, es decir, no soy partidario del ni ni. Si yo tengo un chaval que se está esforzando, que
está buscando trabajo, está estudiando, etc me parece muy bien que esté conmigo; pero ahora el tío que tiene su trabajo y está viviendo a mi costa no. O el tío que va a cenar y no quiere estudiar ni
buscar trabajo y está viviendo a mi costa no. El sentido común.
¿Un joven de 18 años hoy día se puede considerar que realmente es adulto?
Son muy inmaduros pero la ley es la ley y dice que es mayor de edad a los 18 años. Entonces son mayores de edad para lo bueno y para lo malo, así que les digo tú mismo, tú verás. Objetivamente son
más niños que hace unos años pero hay que poner unos límites. Son más inmaduros que antes porque no se han educado en responsabilidad. Ahora mismo son más guapos, más altos, pero más
inmaduros, porque no se les ha dado las responsabilidades. Con 18 son niños todavía.
¿Qué opina cuando ve a un grupo de jóvenes sentados y cada uno está utilizando sus respectivos móviles?
No están disfrutando de la reunión, están con otros colegas. Son tontos cada cosa tiene su momento. Ya empieza a existir hoteles que prohíben el uso de los móviles, gracias a Dios. Hay que
disfrutar del momento.
«Si tus hijos te maltratan y tienen menos de 18 años, denúncialos y si son mayores, échalos y desherédalos»
El juez Calatayud escribe sobre la creciente problemática del maltrato de hijos a padres
«La ESO hay que sacarla por lo civil o por lo criminal. La ignorancia es una cárcel»
«Los chicos que dicen "Papá y mamá, sólo pensáis en que estudie, dejadme ser feliz" tienen que saber, lo primero, que la formación y el estudio dan la felicidad»
Absuelta una madre que le dio una torta a su hijo de once años porque el niño la humilló
Buenas, soy Emilio Calatayud. Un juzgado gallego ha absuelto a una madre acusada de dos delitos de lesiones leves por darle una torta a su hijo de once años y, en otro incidente, arañarle en el
cuello. Pero no hubo maltrato, sino un intento de corregir al chaval. Lo ideal es que estas cosas no pasen. Una torta, como recurrir al derecho penal, deben ser siempre el último recurso. Pero, a
veces, no queda otro remedio… Y es lo que ha tenido en cuenta esta sentencia. Pero como siempre digo, el derecho penal tiene los suficientes instrumentos para distinguir una colleja de un maltrato
infantil. Confundir ambas cosas es una barbaridad. Aquí van los argumentos de la absolución.
La torta, dice la resolución, se debió a que el chico se negó a obedecer a su madre y tiró el móvil al suelo, con lo que demostró, dice la sentencia, “desprecio hacia la autoridad
materna” y “también hacia el esfuerzo y trabajo que supone ganar un salario con el que adquirir bienes”. Además, continúa el fallo, recogido por la agencia Efe, “incurre en el acto de violencia que
supone arrojar el teléfono”.
Según el juez, “no estamos ante una discusión de razonamientos en la que se pueda intentar argumentar contra los razonamientos del contrario”, sino “ante una clara exhibición por parte del menor
de una actitud de ‘síndrome de emperador’ que únicamente busca humillar y despreciar a su madre”.
En cuanto a haber sujetado al niño para evitar que se fuera del domicilio, que ocurrió un año después y fue cuando se produjo el arañazo en el cuello del chico, la sentencia sostiene que “no solo
está totalmente justificado que la acusada trate de evitar que su hijo salga de casa”, es que “no existe la más mínima intencionalidad de la acusada en lesionar a su hijo, solo de agarrarlo”.
El Tribunal Supremo libera a un padre de alimentar a su hijo porque es un “pésimo estudiante” que se sacó la ESO a los 20 años
Buenas, soy Emilio Calatayud. El Tribunal Supremo ha dictado otra sentencia en la que pone en su sitio a un ‘ni-ni’, uno de esos jóvenes que ni estudian ni trabajan porque no les da la gana. Leo
que el muchacho, que tiene 23 años, se va a quedar sin los 600 euros que le pasaba su padre para alimentarse y otros 600 para el aquiler.
La sentencia, publicada en varios medios digitales, indica que el chico ha sido un “pésimo estudiante” que “terminó la ESO con 20 años, en 2011 tuvo siete suspensos y en 2012 y 2013 no cursó
estudios”.
También dice la sala que el joven tenía capacidad para estudiar, lo que no tenía era ganas.
Yo veo bien la sentencia. Como he dicho otras veces, no hay que alimentar la vagancia.
No es bueno para el vago, que todavía se hace más vago, ni para los que están a su alrededor. Los vagos son cansinos.
Nota: sí, la foto es repetida, pero es que nos gusta tanto…
Dar la paga a los hijos no es una obligación legal, yo estoy a favor de la paga, pero ‘poquita’
Jesús Ferrero
Buenas, soy Emilio Calatayud. Un amigo del blog nos pregunta si existe algún artículo o disposición legal que obligue a los padres a dar una paga a sus hijos menores de edad y la respuesta
es que no. Dar una paga -que solía darse los domingos- a los niños es una tradición y una medida educativa. Hay gente que es partidaria de la paga y otra que no, que va dando dinero cuando se lo pide
el chaval. Yo soy partidario de la paga, pero ‘poquita’. Y, claro, si no hay respuesta por parte del chico, pues se quita. La paga tiene que estar ligada a un buen comportamiento, es evidente.
Nosotros estamos obligados a mantener a nuestros hijos menores de edad, pero no a darles una paga. Y a los mayores de edad tampoco estamos obligados a darles la paga, pero esa es otra
historia.
Los padres empezamos a perder el pulso con nuestros hijos cuando nos empeñamos en preguntarles todo: ¿Qué quieres comer? ¿A dónde quieres ir…?
Buenas, soy Emilio Calatayud. El otro día, un sabio que tiene unos cuantos años -lo que en su caso le hace todavía más sabio- me comentó la siguiente teoría: los padres empezamos a perder el pulso
con nuestros hijos cuando nos empeñamos en preguntarles todo: ¿Qué quieres comer, hijo? ¿A dónde quieres ir de vacaciones, hijo? ¿Quieres ir al cine? ¿Qué cadena de televisión quieres ver?, ¿Qué ropa
quieres? etc. La
familia no tiene que ser una dictadura, pero tampoco es una democracia. Si siempre pedimos la opinión a nuestros hijos, el día que se nos olvide puede que se enfaden y nos monten una revolución o
dos. Y, claro, si ya tienen 17 años y miden 1,90 pues es complicado… Sentido común.
“¿Les dice ‘no’ a sus hijos como mínimo una vez al día?”
Buenas, soy Emilio Calatayud. Los diarios regionales del grupo Vocento publican hoy domingo un interesante reportaje en el que se analiza en profundidad el fenómeno de los niños ‘hiperprotegidos’,
que como dice su autora, la periodista Inés Gallastegui, son esos chavales que esquían y aprenden chino, pero no pueden atarse los cordones de los zapatos ni saben hacerse la cama.
El reportaje incluye un test de autoevalucación de la periodista Eva Millet (autora de ‘Hiperpaternidad’ (ed. Pataforma) y de la que ya os hemos hablado aquí en alguna ocasión por sus inspiradores
puntos de vista) para saber si estamos ejerciendo una paternidad saludable o estamos criando inútiles.
Pues con permiso de Eva, aquí van algunas preguntas que os ayudarán a saber si sois demasiado protectores y estáis malcriando a vuestros hijos. Si respondéis a todo que sí, podéis quedaros
tranquilos, pero si contestáis a todo que no, estáis perdidos y cualquier día de estos vuestros niños os echarán de casa (y lo tendréis merecido):
¿Sus hijos colaboran regularmente con las tareas del hogar?
¿Comen de todo?
¿Sus hijos de más de doce años saben hacerse solos la comida?
¿Acepta con deportividad que equipo de sus hijos pierda?
¿Les dice ‘no’ a sus hijos como mínimo una vez al día?
Buenas, soy Emilio Calatayud. Sólo hay una cosa más
temible para los ahorros de una familia que organizar una comunión 2.0 (o sea de las caras, caras): que, además, haya que organizar una graduación. Y da la casualidad que ambos acontecimientos suelen
coincidir. Ahora mismo estamos en tiempo de graduaciones y comuniones. Y si con las comuniones se nos está yendo la pinza, con las graduaciones se nos está yendo la olla ( y en ambos casos, la
cartera). No es la primera vez que hablo de este tema, ni será la última, pero eso de que se gradúen hasta los niños de parvulitos –ahora educación infantil- me parece una exageración. Bebés con
birretes y, después, fiesta al canto. Y eso se repite en primero de Primaria, en segundo de Primaria, etc… En primero de ESO, segundo de ESO… O sea, durante toda la enseñanza obligatoria. Es
decir, que les hacemos fiestas a los niños porque cumplen con su deber.
No voy a poner como ejemplo mi caso, porque no tuve fiesta de graduación ni cuando acabé la carrera. Me tomé unas cervezas con unos amigos y punto. Barato y sencillo.
No me parece mal que haya una fiesta de graduación cuando se acaba el Bachiller, la FP o lo que sea, porque termina una etapa y empieza otra nueva… y seguramente muy distinta. Los chavales parten
rumbo a lo desconocido. Pero celebrarlo todo es un poco cansino, la verdad. Y caro.
Mañana tengo una graduación.
“¡Cómo va a encerrar a mi hijo en un centro de menores, eso es para chorizos!” “Es que su hijo es un chorizo”
Buenas, soy Emilio Calatayud. El tema que abordaremos hoy no es nuevo: la dificultad que tienen muchos padres para admitir que sus hijos ha cometido un delito. Que conste que es normal. Casi nadie
está preparado para que le llame la Policía o la Guardia Civil y le diga que han detenido a un hijo porque ha robado, acosado, etc. Si no fuera porque es un asunto dramático, resultaría casi cómico.
A mí, más de un padre y más de dos me han llegado a decir: “¡Cómo va a encerrar a mi hijo en centro de Menores, eso es para los chorizos!” Y, claro, no te queda otra que bajarlos de la nube. “Es que
su hijo es un chorizo”.
Muchos padres piensan que los malos son los hijos de los otros, que el suyo es un santo inocente. Son los otros los que se emborrachan y se drogan, son los otros los que… ¡Se llevan cada
sorpresa!
Este fenómeno también es muy de ahora. Antes, siempre eras culpable. No había presunción de inocencia ni ‘na’. Los padres primero disparaban y luego preguntaban. Tampoco era eso. En el
término medio está la virtud. Buen fin de semana.
El ‘juego’ de la ballena azul: niños, enseñad a vuestros padres lo que veis en Internet para que os puedan proteger
Buenas, soy Emilio Calatayud. Para mí, la ballena azul siempre había sido un animal espectacular que, desgraciadamente, estaba en vías de extinción. Hace unos días me enteré de que también
es un ‘juego’ que anda por Internet y que invita al suicidio a jóvenes y adolescentes. Parece que ya se ha dado algún caso en España. Esto es una barbaridad, claro. Y los niños, entre asustados y
curiosos, no hablan de otra cosa. Esta mañana, he tenido la suerte de compartir una interesante conversación con varias decenas de escolares de entre nueve y once años del Colegio Jardín de la
Reina de Granada, y todos ellos conocían el tema este de la ballena azul. Se habían enterado antes que yo, lo cual tampoco es raro. Por eso me gusta hablar con los niños, para aprender. Me han
pedido consejo y yo les he recomendado que enseñen a sus padres las páginas que ven en Internet para que les puedan proteger. Creo que es el camino más directo para intentar garantizar su seguridad:
que los propios niños colaboren. Nosotros también podemos violar su intimidad para protegerlos -hasta el Tribunal Supremo lo ha dictaminado así- y yo lo recomiendo, pero mejor aún es que nos lo
cuenten ellos. Hay que intentarlo. Igual nos llevamos una sorpresa y resulta que no tienen ningún problema en compartir con nosotros sus viajes por Internet, o lo que es lo mismo, sus miedos y sus
alegrías, que de todo habrá. Que no, pues vamos con el plan B y rastreamos sus pasos en la red, que es lo mismo que hacían nuestras madres, las madres pre-Internet, cuando miraban si llevábamos
algo en los bolsillos de los pantalones.
Por lo demás, un beso muy grande para todos los alumnos del Colegio Jardín de la Reina por su cariño y su interés.
Don Emilio, el juez que quiso aprender de los niños con trastornos mentales
Soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. El otro día entrevisté a Pablo García Túnez, un psicólogo ya jubilado que, durante años, coordinó la unidad hospitalaria de salud mental
infantil y juvenil de Granada. Pablo trató al juez poco después de que este llegase a Granada. Y lo recordaba así: “Lo conocí cuando vino de Canarias a Granada y se hizo cargo del juzgado de
Menores. Entonces le pidió permiso al que entonces era el coordinador de la unidad de salud mental infantil para pasar toda una semana con nosotros. Durante una semana, estuvo escuchando con humildad
lo que hacíamos y cómo trabajábamos con los niños. Para mí, eso le dignificó. Es que los jueces estaban entonces en un pedestal”.
No es peloteo, pero eso es tomarse en serio el trabajo. Y poco más que añadir, bueno sí, aquí os dejamos una reflexión de Pablo García Túnez que no tiene desperdicio: .”Que un niño tenga de
todo es maltrato y que un niño carezca de todo, también es maltrato”.
El regalo de Comunión era el artículo 155 del Código Civil y no el 154 (aunque también valdría)
Hola, aquí Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. Ayer, seguramente por el regreso del calor, sufrimos un cruce de cables y confundimos el artículo 154 del Código Civil con el 155.
Pedimos disculpas. Pero, en cualquier caso y como no hay mal que por bien no venga, tan buen regalo de Comunión para los niños es el artículo 155 del Código Civil como el 154.
Aquí os dejamos ambos:
Artículo 155 del Código Civil: “Los hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre. Los hijos deben contribuir equitativamente, según sus
posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella”.
Artículo 154 : «Los hijos no emancipados están bajo la potestad de los padres. La patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto
a su integridad física y psicológica. Esta potestad comprende los siguientes deberes y facultades: Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación
integral, y representarlos y administrar sus bienes».
Buenas, soy Emilio Calatayud. Por fortuna, no ocurre muchas veces, pero en ocasiones el sistema fracasa en la reeducación de un menor infractor. Y duele tener que admitirlo, pero… Son chavales que
han cumplido los 18 años y han desaprovechado todas las oportunidades que se le han dado. La justicia de Menores ya no puede hacer más por ellos. Su vida pasa a depender totalmente de ellos. Si
insisten en caminar torcidos, terminarán en la cárcel. Y, desgraciadamente, es lo que suele ocurrir. Son nuestros fracasos. Es verdad que ellos, con su conducta, han contribuido a ese fracaso, pero
eso no puede servirnos de excusa para eludir nuestra responsabilidad. Nos queda la tranquilidad de que hemos hecho todo lo que hemos podido… y más. Hace unas horas se lo he tenido que decir a
uno de ellos: “Hemos fracasado contigo. Te dejo libre. Puedes hacer lo que te dé gana, pero nosotros ya no estaremos ahí. Es tu vida. Tú decides”.
“No creo que sea vuestro fracaso”, ha respondido con tristeza.
Ojalá tenga razón.
«Los móviles son una nueva droga que no mata, pero sí vuelve locos a los niños»
Emilio Calatayud insta a los padres a decir que «no» antes de que sea demasiado tarde
El juez de Menores de Granada Emilio Calatayud ha animado a los padres a no «dejarse llevar por la corriente» y a «aprender a decir no antes de que sea demasiado tarde», haciendo
hincapié en los «problemas» que trae la «laxitud» a la hora de educar a los hijos.
Calatayud ha hecho estas reflexiones durante una charla impartida en las instalaciones del colegio Monaita, en la que también ha abordado el acceso de los niños a los dispositivos móviles
cada vez a una edad más temprana, considerando que estos dispositivos son «una nueva droga que no mata, pero sí vuelve locos a los niños».
Emilio Calatayud afirma haber constatado ya cómo quitar la adicción a un móvil, en el caso de los menores, requiere de los mismos procedimientos que apartarlo de las drogas.
«No se sabe el alcance del daño moral que se puede infligir a un menor haciendo uso de los redes y los teléfonos inteligentes», afirma el magistrado, quien advierte de que
cualquier delito que un menor comete dentro de un centro escolar tiene como responsable último al propio centro.
A juicio del magistrado, la tablet o el móvil se han convertido en «niñeras» que parecen muy baratas, pero que a la larga salen muy caras, pues «son muchos los padres les dan a sus hijos
estos instrumentos para que les dejen tranquilos sin entender que son instrumentos muy peligrosos para cometer actos delictivos, como amenazas, chantajes, coacciones o bullying, y muy
peligrosos para ser víctima».
Calatayud ha explicado a los padres que «se están tomando medidas de alejamiento por casos de acoso entre menores». Un tipo de medidas que hace relativamente poco tiempo era
impensable aplicar en el entorno de los menores, pero que ahora se han vuelto imprescindibles.
Para el juez de Menores de Granada, muchos de estos problemas se arreglarían con algo tan sencillo como «quitarnos los complejos de joven democracia, en la que todo son derechos, pero sin
obligaciones y aprender a decir no a nuestros hijos».
“Si cuentas que en tu clase hay acoso no eres un chivato, eres un valiente”
Hola, soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio, que acaba de participar en una nueva ‘clase’ de la Escuela de Padres de IDEAL en Granada. El tema: la prevención del acoso escolar y el
invitado, Enrique Pérez-Carrillo, presidente de la Asociación Española para la Prevención de Acoso Escolar.
Aquí van algunos fogonazos de lo que han dicho: “Niño, si cuentas que en tu clase hay acoso no eres un chivato, eres un valiente”, ha dicho Pérez-Carrillo que, sin embargo, precisó que no se trata
de hacer héroes: si existe vergüenza o miedo -o ambas cosas, que es lo normal- hay que comunicarlo discretamente a los profesores y los responsables del centro.
Ni Pérez-Carrillo ni el juez Calatayud son partidarios de expulsar a los acosadores. Ambos defienden que cumplan el castigo que se les imponga en el propio centro. “Si mandamos a casa al
acosador, lo más probable es que vuelva peor y vaya a por la víctima para machacarla por chivata”, recordó Pérez-Carrillo.
Don Emilio, por su parte, pidió a los profesores y maestros, había bastantes entre el público, que se mojen contra el acoso escolar, porque este problema crece en el silencio y los colegios
tienden a taparlo.
El juez agregó que admira a los maestros porque él tiene a la Guardia Civil y a la Policía detrás, pero los docentes están solos ante el ‘peligro’ que pueden representar los niños… y los
padres.
Buenas y muy frías noches desde Granada.
El problema, y el tabú, de los hijos adoptados que agreden a sus padres
Buenas, soy Emilio Calatayud. Voy a tratar un tema que tiene algo de tabú. En realidad es un tabú dentro de un tabú. Me explico. Uno de los principales problemas que tenemos en la justicia de
Menores es el de los adolescentes que agreden a sus padres, un asunto muy extendido, pero que las víctimas tienden a silenciar para ver si pasa el tiempo y se arregla. Denunciar a un hijo es muy
doloroso, pero hay casos en los que no queda otra. Esto no suele solucionarse con el tiempo. Al contrario.
Pues bien, agreden los hijos biológicos y también los adoptados. Yo estoy viendo casos con cierta frecuencia. Y los padres adoptivos suelen estar destrozados. Han pasado por innumerables controles
de la administración, han realizado viajes, han desembolsado dinero y han esperado durante años para tener un hijo que, al llegar a la adolescencia (es lo normal), se vuelve contra ellos. Es muy
duro. Pero no hay que taparlo por vergüenza, etc. Acudan a la justicia de Menores, a la fiscalía, y, para empezar, hablen de ello. No nos pillará de sorpresa, se lo aseguro.
Debemos enseñar a nuestros hijos que hay niños que se juegan la vida para poder estudiar
Buenas, soy Emilio Calatayud. El otro día juzgué a varios ‘niños-patera’, tres chavales marroquíes, tres morillos como les digo yo cariñosamente, y entre el público había varios ‘ni-nis’ con sus
padres, varios ‘choricillos’ cristianos, como les digo cariñosamente, que todavía no habían metido la pata a fondo, pero estaban a punto. Por eso estaban en la sala de vistas con sus padres, para ver
juicios de otros niños. Puede ser una buena vacuna. Por eso lo hago.
Los chicos marroquíes nos contaron su vida y sus fatigas. Yo quería que los otros les escucharan. Uno había llegado a España en lo alto del techo de un autobús y los otros dos, en los bajos de
camiones. A lo largo de ese viaje infernal, se jugaron la vida varias veces. No podemos ni imaginar lo que pasaron. ¿Y para qué?: pues para estudiar, eso que es un derecho y un deber para nuestros
hijos. Cuando acabaron de contar sus peripecias les dije a los ‘choricillos’ cristianos: “Vosotros no tenéis valor para hacer ni la mitad de la mitad de lo que hecho estos niños para buscarse la
vida. Lo tenéis todo, pero os parece poco. Me gustaría veros un segundo, sólo un segundo, en lo alto de un autobús”. Ni los ‘choricillos’ ni sus padres dijeron nada. Se hizo un silencio total. Y el
que calla otorga. Debemos enseñar a nuestros hijos que hay niños que se juegan la vida para poder estudiar para que se les quiten las pamplinas.
Por cierto, los tres morillos van muy bien. Uno de ellos era chiquitín de estatura, pero grande en todo lo demás. Su único defecto es que era del Barça. Me dijo que Messi también es pequeño y
“mire usted dónde de está”. Y entonces fui yo el que me tuve que callar. Y encima dijo que iba a haber remontada y la hubo.
El juez Calatayud apuesta por que la Junta prohíba los móviles en clase
Considera que no se está haciendo lo suficiente y que el Gobierno regional, como administración educativa, no da unas normas absolutamente claras al respecto
El juez de Menores Emilio Calatayud, conocido por su sentencias ejemplarizantes, ha defendido la prohibición del uso de los teléfonos móviles en los centros escolares como una de las formas además
de combatir el acoso.
El magistrado se ha referido de esta forma al protocolo específico de actuación ante supuestos casos de ciberacoso en los colegios e institutos andaluces elaborado por la Junta, que da potestad a
maestros y profesores para requisar teléfonos móviles ante la sospecha de que pueda estar dándose un caso de acoso.
En este sentido, ha considerado que no se está haciendo lo suficiente y que la Junta de Andalucía, como administración educativa, no da unas normas absolutamente claras al respecto.
Por ello, se ha mostrado partidario de prohibir el uso de los móviles en los centros escolares y ha calificado como "una barbaridad" que algunos profesores se amparen en que se usan algunas
aplicaciones para impartir ciertas asignaturas.
Según Calatayud, si los centros están dotados de ordenadores y tabletas deben usarse esos dispositivos para impartir las materias en los que sean necesarios, pero los móviles debe estar
prohibidos.
De esa forma, ha añadido, en caso de canalizarse algún tipo de acoso a través de esos terminales los centros escolares no tendrían responsabilidad en este ámbito.
"Si están prohibidos los móviles la responsabilidad sería del chaval y de sus padres, pero no veo que exista una orden clara de Educación de la Junta limitando su uso", ha sentenciado.
Preguntado sobre si el hecho de requisar los móviles puede suponer una intromisión en la intimidad, ha señalado que habría que evitar esa "inseguridad" que se crea al profesor, teniendo en cuenta
que ese tipo de terminales son actualmente mucho más que una agenda y cuentan con mensajes, fotos, vídeos y direcciones.
En cambio, sí se ha mostrado a favor de que los padres sí "violen" esa intimidad de sus hijos y accedan al contenido de sus teléfonos móviles, especialmente con los menores de 14 años, que también
puede estar involucrados en acoso y sobre los que legalmente no interviene la justicia.
"Hay que apretarle más a los padres, darle el derecho de corrección a los hijos y reforzar su autoridad junto a la del maestro", ha dicho el juez, que apuesta por la función educativa y que cree
que la justicia debe ser el último paso cuando el todo el sistema ya haya fracasado.
“He suspendido cinco y los Reyes Magos me han traído una moto y el móvil: mis padres son tontos”
Buenas, soy Emilio Calatayud. Los Reyes Magos no aciertan siempre. También se equivocan. Un par de ejemplos. Pregunto a un chaval que cuántas asignaturas ha suspendido y me dice que cinco. “Pues
entonces no te habrán traído nada los Reyes magos”, le digo yo. Respuesta: “¡Qué va! Me han dejado una moto y un móvil”. Eso con cinco suspensos, ¿qué le habrían dejado si sólo hubiese sacado un
suspenso: un ferrari o un viaje por El Caribe? ¿O ambas cosas? “Es que mis padres son tontos”, concluye el chico.
Y otro con dos o tres suspensos me cuenta que a él le han traído mil euros.
Vamos a ver, tenemos que enseñar a nuestros hijos que el esfuerzo tiene recompensa y la gandulería, no. Si no lo hacemos, estarán perdidos y creerán que suspender es bueno. Hay que
tener sentido común.
"Estos niñatos con tanta pasta no hacen ningún bien con sus peinados, con sus tatuajes..."
Emilio Calatayud (Ciudad Real, 1955) tiene una clara obsesión en su larga trayectoria profesional: la reinserción social de los jóvenes que han cometido delitos. Para ello, como Juez de Menores
de Granada, no duda en echar mano de un discurso rotundo y claro, a la vez que didáctico, que pocas veces deja indiferente a nadie.
Pregunta. ¿Qué está fallando en la educación de nuestros jóvenes?
Respuesta. Sobre todo, que el padre no tiene que ser un ‘colega’ del niño, sino que debe tener una autoridad. Hemos pasado con el paso de los años del padre autoritario al padre ‘colega’, al padre
que no sabe decir que no, y ése es un problema muy grande.
P. ¿Y por qué se ha llegado a esta situación?
R. Principalmente, porque los padres están desprotegidos. Si yo me conformo con ser amigo de mis hijos, les dejo huérfanos de autoridad. Yo tengo que tener autoridad sobre ellos. Antes se podía
corregir razonablemente a los hijos, pero ahora la Ley nos ha quitado esa posibilidad. Es un tema problemático por el que los padres se encuentran desautorizados. Si mi hijo, con 16 años, me llega un
día a casa y me dice que no quiere ir más al colegio, ¿cómo le obligo a ir si la Ley no les obliga a ellos? El padre no está protegido en estos momentos, así que ¿cómo corrige a sus hijos?
"Los padres deben entender que lo normal es que su hijo nunca llegue a ser un Messi"
P. Por todo ello, el deporte cobra mucha importancia para paliar en parte esta problemática, ¿no?
R. El deporte es fundamental para ir ganando tiempo a la madurez. Los padres se tienen que apoyar en él y todos tenemos que trabajar para que haya más actividad en los colegios, algo que también
falla. Cuando yo era pequeño, teníamos muchas actividades deportivas en los colegios, cosa que ahora casi no ocurre porque hoy en día son casi siempre actividades organizadas extraescolarmente. Y
deporte y escuela tienen que ir de la mano. Da igual que sea deporte colectivo o individual, aunque yo apoyo siempre el deporte en grupo porque hace al niño hacer nuevos amigos, que serán niños que
son como tus hijos. Eso es algo que les ayudará a crecer en un buen ambiente.
P. Es decir, deporte y educación, siempre de la mano.
R. Sin duda, pero se trata de educar, no sólo de practicar deporte. Éste es un complemento más en la educación de un chaval. Yo, por ejemplo, obligaría a los jóvenes a leerse los reglamentos de sus
deportes, de sus competiciones, de sus equipos, y a hacerlo en grupo, en la biblioteca de los colegios. Además, el deporte es bueno para la salud, para educar contra la violencia...
P. ¿Qué opina de las jóvenes ‘estrellas’ del deporte que acumulan mucho dinero, sobre todo en el fútbol, y su influencia en los más jóvenes?
R. Estos deportistas supermillonarios no son conscientes del enorme ejemplo que están dando a estos chavales, y ése es un problema. No son conscientes de lo que repercute en los niños cuando ellos
pierden los nervios sobre un campo de fútbol, por ejemplo...
P. Éste es un asunto que le ‘enciende’ especialmente...
R. Es que esos jóvenes con tanta pasta no hacen ningún bien con sus peinados, con sus tatuajes, con la imagen que dan. Son niñatos con muchísimo dinero, conduciendo sin carnet... Hay que educar
psicológicamente a estos chavales cuando empiezan para que, luego, sean conscientes de que tienen una imagen y que pueden hacer mucho daño a muchos niños, lo mismo que también pueden hacer mucho
bien, por supuesto. Tienen que ser conscientes de todo ello.
P. ¿Qué le parece que los niños se marchen a los equipos con tan poca edad para empezar a hacerse futbolistas?
R. A los jóvenes hay que ayudarlos a crecer y, cuando se van a jugar a equipos importantes, lo bueno sería que siguieran viviendo con sus padres. Yo considero a eso secuestro de niños, porque los
niños tienen que vivir su niñez, su juventud.
"El padre no debe ser un 'colega' de su niño, sino que debe tener autoridad"
P. ¿Cómo recomendaría trabajar a los clubes con estos niños?
R. Por ejemplo, deberían enseñarles a aprender de la frustración, los niños deben saber que pueden tener un mal partido, un mal día, y que pueden perder, y sacar lo bueno de todo ello. Deben saber
que no todo es éxito y que el deporte también te enseña a sufrir, a perder.
P. ¿Y cómo se puede trabajar con los padres?
R. Yo recomendaría a las escuelas de fútbol que dieran charlas a los padres de los jóvenes, para que sean conscientes también ellos de la responsabilidad que tienen. Yo he juzgado casos de chavales
que se han agredido cuando han salido de un partido de fútbol, y los padres deben saber que son ellos los que se harán cargo de las consecuencias económicas.
P. Y de los padres que quieren que sus hijos sean 'famosos' sí o sí, ¿qué me dice?
R. Los padres tienen que entender que ‘Messis’ hay muy pocos, y deben saber que lo normal es que su hijo no llegará nunca a ser un Messi. Los padres tienen que enfocar el deporte como un complemento
de la educación y no tienen que correr ellos más la banda que sus hijos. Casi siempre, ellos generan mucha más violencia que sus hijos. Muchas veces los padres no quieren reconocer las limitaciones
de sus niños, y ahí tenemos también un problema.
P. ¿De verdad cree usted que esto tiene solución en la actualidad?
R. Es complicado. En España todavía muchos padres tenemos complejo de una joven democracia, hemos pasado de un extremo al otro: del padre autoritario al padre ‘colega’. En nuestra generación hemos
tenido muchos complejos y ahora no sabemos ponerles límite. Como a nosotros no nos dejaban hacer nada, nosotros a nuestos hijos les dejamos hacer de todo, y luego pasa lo que pasa... Pero seguro que
mi hijo y los de padres más jóvenes ya no van a tener esos complejos. Esta generación sí va a tener más autoridad, más respeto. La clave está en el término medio. Pero también tengo claro que hay que
confiar en los chavales. Hay que darles una de cal y una de arena.
P. ¿Jornadas como la de Dúrcal en qué pueden ayudar?
R. Es muy difícil, todo es cuestión de sensibilización. Luchar contra el mercantilismo que hay en ese deporte profesional es muy complicado, hay muchos intereses económicos. Lo único que podemos
hacer es hacer buenas actividades y una buena formación para los niños.
"Casi siempre, los padres generan más violencia que sus hijos en las actividades deportivas"
P. ¿Algo en lo que quiera insistir, señor Calatayud?
R. Pues insisto en que seamos conscientes de que no se trata de preparar estrellas y en que todos los niños tienen que jugar por igual en sus equipos, que tengan los mismos minutos para que todos se
sientan igual de valorados.
P. ¿Le gusta el deporte y, en concreto, el fútbol?
R. Yo no soy especialista en fútbol, pero me gusta el deporte en general. Con 15 ó 16 años era nadador y con buenas marcas a nivel nacional, pero lo tuve que dejar porque los entrenamientos requerían
mucho tiempo.
"Estos niñatos con tanta pasta no hacen ningún bien con sus peinados, con sus tatuajes..."
El Juez de Menores analiza la vinculación entre el deporte y la educación
Participa este viernes en una Jornada en Dúrcal sobre la violencia en el fútbol
Emilio Calatayud (Ciudad Real, 1955) tiene una clara obsesión en su larga trayectoria profesional: la reinserción social de los jóvenes que han cometido delitos. Para ello, como Juez de Menores de
Granada, no duda en echar mano de un discurso rotundo y claro, a la vez que didáctico, que pocas veces deja indiferente a nadie.
Pregunta. ¿Qué está fallando en la educación de nuestros jóvenes?
Respuesta. Sobre todo, que el padre no tiene que ser un ‘colega’ del niño, sino que debe tener una autoridad. Hemos pasado con el paso de los años del padre autoritario al padre ‘colega’, al padre
que no sabe decir que no, y ése es un problema muy grande.
P. ¿Y por qué se ha llegado a esta situación?
R. Principalmente, porque los padres están desprotegidos. Si yo me conformo con ser amigo de mis hijos, les dejo huérfanos de autoridad. Yo tengo que tener autoridad sobre ellos. Antes se podía
corregir razonablemente a los hijos, pero ahora la Ley nos ha quitado esa posibilidad. Es un tema problemático por el que los padres se encuentran desautorizados. Si mi hijo, con 16 años, me llega un
día a casa y me dice que no quiere ir más al colegio, ¿cómo le obligo a ir si la Ley no les obliga a ellos? El padre no está protegido en estos momentos, así que ¿cómo corrige a sus hijos?
"Los padres deben entender que lo normal es que su hijo nunca llegue a ser un Messi"
P. Por todo ello, el deporte cobra mucha importancia para paliar en parte esta problemática, ¿no?
R. El deporte es fundamental para ir ganando tiempo a la madurez. Los padres se tienen que apoyar en él y todos tenemos que trabajar para que haya más actividad en los colegios, algo que también
falla. Cuando yo era pequeño, teníamos muchas actividades deportivas en los colegios, cosa que ahora casi no ocurre porque hoy en día son casi siempre actividades organizadas extraescolarmente. Y
deporte y escuela tienen que ir de la mano. Da igual que sea deporte colectivo o individual, aunque yo apoyo siempre el deporte en grupo porque hace al niño hacer nuevos amigos, que serán niños que
son como tus hijos. Eso es algo que les ayudará a crecer en un buen ambiente.
P. Es decir, deporte y educación, siempre de la mano.
R. Sin duda, pero se trata de educar, no sólo de practicar deporte. Éste es un complemento más en la educación de un chaval. Yo, por ejemplo, obligaría a los jóvenes a leerse los reglamentos de sus
deportes, de sus competiciones, de sus equipos, y a hacerlo en grupo, en la biblioteca de los colegios. Además, el deporte es bueno para la salud, para educar contra la violencia...
P. ¿Qué opina de las jóvenes ‘estrellas’ del deporte que acumulan mucho dinero, sobre todo en el fútbol, y su influencia en los más jóvenes?
R. Estos deportistas supermillonarios no son conscientes del enorme ejemplo que están dando a estos chavales, y ése es un problema. No son conscientes de lo que repercute en los niños cuando ellos
pierden los nervios sobre un campo de fútbol, por ejemplo...
P. Éste es un asunto que le ‘enciende’ especialmente...
R. Es que esos jóvenes con tanta pasta no hacen ningún bien con sus peinados, con sus tatuajes, con la imagen que dan. Son niñatos con muchísimo dinero, conduciendo sin carnet... Hay que educar
psicológicamente a estos chavales cuando empiezan para que, luego, sean conscientes de que tienen una imagen y que pueden hacer mucho daño a muchos niños, lo mismo que también pueden hacer mucho
bien, por supuesto. Tienen que ser conscientes de todo ello.
P. ¿Qué le parece que los niños se marchen a los equipos con tan poca edad para empezar a hacerse futbolistas?
R. A los jóvenes hay que ayudarlos a crecer y, cuando se van a jugar a equipos importantes, lo bueno sería que siguieran viviendo con sus padres. Yo considero a eso secuestro de niños, porque los
niños tienen que vivir su niñez, su juventud.
"El padre no debe ser un 'colega' de su niño, sino que debe tener autoridad"
P. ¿Cómo recomendaría trabajar a los clubes con estos niños?
R. Por ejemplo, deberían enseñarles a aprender de la frustración, los niños deben saber que pueden tener un mal partido, un mal día, y que pueden perder, y sacar lo bueno de todo ello. Deben saber
que no todo es éxito y que el deporte también te enseña a sufrir, a perder.
P. ¿Y cómo se puede trabajar con los padres?
R. Yo recomendaría a las escuelas de fútbol que dieran charlas a los padres de los jóvenes, para que sean conscientes también ellos de la responsabilidad que tienen. Yo he juzgado casos de chavales
que se han agredido cuando han salido de un partido de fútbol, y los padres deben saber que son ellos los que se harán cargo de las consecuencias económicas.
P. Y de los padres que quieren que sus hijos sean 'famosos' sí o sí, ¿qué me dice?
R. Los padres tienen que entender que ‘Messis’ hay muy pocos, y deben saber que lo normal es que su hijo no llegará nunca a ser un Messi. Los padres tienen que enfocar el deporte como un complemento
de la educación y no tienen que correr ellos más la banda que sus hijos. Casi siempre, ellos generan mucha más violencia que sus hijos. Muchas veces los padres no quieren reconocer las limitaciones
de sus niños, y ahí tenemos también un problema.
P. ¿De verdad cree usted que esto tiene solución en la actualidad?
R. Es complicado. En España todavía muchos padres tenemos complejo de una joven democracia, hemos pasado de un extremo al otro: del padre autoritario al padre ‘colega’. En nuestra generación hemos
tenido muchos complejos y ahora no sabemos ponerles límite. Como a nosotros no nos dejaban hacer nada, nosotros a nuestos hijos les dejamos hacer de todo, y luego pasa lo que pasa... Pero seguro que
mi hijo y los de padres más jóvenes ya no van a tener esos complejos. Esta generación sí va a tener más autoridad, más respeto. La clave está en el término medio. Pero también tengo claro que hay que
confiar en los chavales. Hay que darles una de cal y una de arena.
P. ¿Jornadas como la de Dúrcal en qué pueden ayudar?
R. Es muy difícil, todo es cuestión de sensibilización. Luchar contra el mercantilismo que hay en ese deporte profesional es muy complicado, hay muchos intereses económicos. Lo único que podemos
hacer es hacer buenas actividades y una buena formación para los niños.
"Casi siempre, los padres generan más violencia que sus hijos en las actividades deportivas"
P. ¿Algo en lo que quiera insistir, señor Calatayud?
R. Pues insisto en que seamos conscientes de que no se trata de preparar estrellas y en que todos los niños tienen que jugar por igual en sus equipos, que tengan los mismos minutos para que todos se
sientan igual de valorados.
P. ¿Le gusta el deporte y, en concreto, el fútbol?
R. Yo no soy especialista en fútbol, pero me gusta el deporte en general. Con 15 ó 16 años era nadador y con buenas marcas a nivel nacional, pero lo tuve que dejar porque los entrenamientos requerían
mucho tiempo.
"No hay condena más dura para un menor delincuente que sacarse la ESO"
El juez de menores, Emilio Calatayud, advierte de que España vive bajo el síndrome de ‘la joven democracia’, en la que los padres no se atreven a decir que no a sus hijos y donde resulta difícil
ponerles límites.
“El exceso de modernidad democrática perjudica que los menores se conciencien de sus deberes y responsabilidades”.
El juez de menores, Emilio Calatayud, durante la entrevista.
Emilio Calatayud es el juez de menores de España con más años en el cargo y con las sentencias más aleccionadoras. Su principio es que se puede reparar el
daño causado sin llegar al internamiento, aunque cuando ha sido necesario lo ha ordenado. "Encierras a un menor con 16 años que se cree muy duro y que a lo mejor hasta ha cometido un delito de adulto
y en la soledad de la noche y de su celda solo oyes el llanto de un niño". Titular del juzgado de menores de Granada, donde ha hecho su carrera, este manchego (Ciudad Real, 1956) ha juzgado a más de
16.000 menores, de los que 29 habían cometido un asesinato. Y es desde esa experiencia desde la que asegura que el "80% de los menores que cometen algún delito no son delincuentes". La libertad de la
edad y de no aspirar a seguir subiendo en el escalafón judicial permite a Calatayud criticar sin reparos la “hipocresía de la sociedad” que hace una cruzada para que se no fume, pero que se muestra
ciega “ante los estragos que el botellón provoca entre los menores”. Y en esa línea, arremete contra los principales partidos, el PSOE y el PP, a los que culpa de que España sea “el país más tonto y
bruto de Europa. Y lo grave es que a los políticos les interesa que se así para poder manejarlo mejor”. Calatayud, quien ha participado en los cursos de verano organizados por la UPV en San Sebastián
impartiendo una conferencia sobre padres desesperados con hijos adolescentes, asegura que “no hay condena más dura para un menor delincuente que sacarse la ESO”.
¿Se pueden reparar los delitos de menores sin quitarles la libertad?
Se puede y se debe. No todas las personas que cometen un delito son delincuentes. Todos hemos cometido algún delito en nuestra vida, desde conducir con una
copa de más, hasta comprar falsificaciones de ropa o bajar música y películas de forma ilegal, defraudar a Hacienda….El 80% de los chavales que cometen delitos no son delincuentes. Lo único que se
merecen son uno o dos escarmientos y hay muchas formas de reparar el delito sin privación de libertad. Encierras a un menor con 16 años que se cree muy duro y que a lo mejor hasta ha cometido un
delito de adulto y en la soledad de la noche y de su celda, sin nadie de su grupo, solo oyes el llanto de un niño.
En sus sentencias siempre opta por aleccionar más que por castigar.
Ese es el espíritu de la ley, pero eso no quita para que tengamos que condenar a internamientos. Soy el juez de menores más viejo de España, he juzgado a
más de 16.000 menores, entre ellos 29 por asesinato. Hay varias alternativas al internamiento, como los trabajos en beneficio de la comunidad, la libertad vigilada….Lo que queremos es acompañar al
menor a que madure. La vida delictiva del 80% de los que juzgo comienza a los 13 años y a los 19 baja por una ley natural, porque en realidad no son delincuentes. Y luego tenemos un 10% que es carne
de cañón, que va a ser chorizo sí o sí y luego queda otro 10% que es trabajable dependiendo del momento, de los profesionales, de la suerte….Con la actual Ley de Menores estamos consiguiendo que en
torno al 85% de los menores no termine en la justicia de adultos.
Usted da una importancia fundamental a la educación en sus sentencias.
Somos el país más tonto y bruto de Europa. Y lo grave es que a los políticos les interesa que se así para poder manejarlo mejor. No hay un pacto o una ley
de Educación que dure una generación. Cada vez que ha aprobado una ley el PSOE cuando estaba en el Gobierno hemos ido a más tontos. Todos los años condeno a una media de 20 chavales a aprender a
leer. La sentencia más dura para un menor que comete delitos es condenarle a sacarse el graduado en Educación Secundaria Obligatoria (ESO), a leer, que es de las que más aplico. Yo les digo: ‘Vas a
estudiar, por lo civil o lo criminal, pero vas a estudiar’. ¿Cómo es posible que me encuentre con menores de 15 años en segundo de ESO y que cuando les mando leer un artículo me dicen que no saben
leer? En la escuela les van pasando de curso. Somos los más brutos de Europa.
¿Cree que nos encontramos en una sociedad hipócrita, donde todo es para el menor, pero sin el menor?
Desde luego que no existe afán de legislar para proteger al menor. Resulta que se prohíbe fumar, pero no pasa nada viendo como los menores se emborrachan
haciendo botellón.. Yo desde luego prohibiría la práctica del botellón, pero para menores y mayores. Que se beba en los bares y en las terrazas. El botellón se ha institucionalizado. Son complejos de
joven democracia, que no sabe decir que no. Como les pasa a algunos padres a la hora de imponer autoridad a sus hijos. Suena como algo de lo que hay que rehuir, pero solo son prejuicios absurdos. La
autoridad suena a autoritarismo, a dictadura…Pero la autoridad emana de la familia. Si un menor no respeta a sus padres, mucho menos lo hará con sus maestros.
Hay generaciones que pasan de ser esclavos de sus padres a ver como otras son esclavos de sus hijos
Antes era más fácil ser padre. Llegó la transición, aparecieron los psicólogos y todo se basa en qué hay que argumentar, ser amigo de tus hijos y todo así.
¿Amigo de tus hijos? Yo de mis hijos soy padre. Si me convierto en su amigo y no actúo como padre les dejo huérfanos. Cuando yo era pequeño y me ponían sopa para comer o la comía o al comía. Si
no me esperaba para la merienda o la cena. No había más. Ahora, en la etapa de los padres postconstitucionales si mi niño no come sopa será por algún motivo, por alguna razón extraña, pero nunca es
porque no le gusta. Así que al final se le ponen unos filetes. Los padres tienen que educar sin complejos, ahora están encogidos. Si un hijo se convierte en un tirano, al final tiene todas las
papeletas para convertirse en un chorizo, en un delincuente.
"Los hijos deben obedecer a sus padres"
¿La delincuencia de menores ha bajado?
Sí. Y lo ha hecho por tres motivos. Los niños han vuelto a la escuela, que algunos abandonaron por espejismos laborales; hay más control en la unidad
familiar, ya que con eso del paro uno de los dos progenitores está más tiempo en casa; y, además, es que ya no hay víctimas por la calle. El otro día juzgué a un chaval que le había robado el bolso a
una viejecita por el método del tirón. ¿Sabe lo que había dentro del bolso? Pues su gato muerto que lo llevaba a enterrar. Lo que sí ha crecido y de manera preocupante es la violencia familiar, la de
hijos hacia los padres.
Los hijos tienen obligaciones, pero parece que los padres no se las hacen ver.
El artículo 155 del Código Civil así lo recoge. Los hijos deben obedecer a sus padres y respetarlos mientras convivan con ellos, al menos hasta los 18
años. Se trata de un deber legal y moral. Y a partir de los 18 años pues puerta. Nadie me puede condenar por echar a un hijo que ni quiere estudiar ni trabajar y hace la vida imposible en la casa. El
exceso de modernidad democrática perjudica que los menores se conciencien de sus deberes y responsabilidades.
¿Muchos padres tapan lo que ocurre con sus hijos menores hasta que el ambiente es insostenible?
Cuando el menor está empezando a cometer hechos delictivos, injurias, lesiones, daños y está convirtiendo la vida familiar en un infierno es cuando estamos
ante un menor que debe ser denunciado. Los padres tapan mucho porque denunciar a un hijo es muy duro, pero cuando ese comportamiento del menor está degradando el ambiente familiar hay que
denunciarlo. Eso sí, siempre hechos delictivos. Otro consejo que doy es que el matrimonio esté de acuerdo. Y si están separados, el que no tiene la custodia que no moleste. ¿Qué ocurre? Pues que
muchos padres están tapando lo que ocurre durante un año o dos y cuando el menor cumple los 18 años ya no puedes de denunciarle porque entras en la justicia de adultos. Mi recomendación es echar de
casa a ese chaval porque pueden buscar la ruina a la familia o los padres a él. Por eso lo que hay denunciar el comportamiento cuando es menor.
¿Cuándo un padre entiende que su hijo está cometiendo un delito en casa siendo un menor?
La fuga del hogar no es delito, no ir a clase no es delito. ¿Cómo se obliga a un niño de 14 años a ir al colegio si no le da la gana? Lo que son delitos
son insultos, amenazas, golpes, coacciones, tortura psicológica. Cuando ese comportamiento convierte la vida familiar en un infierno es cuando hay que denunciar.
Cada vez más niñas ejercen violencia sobre los padres. ¿Por qué?
Las niñas cometen el 25% de los delitos normales, pero cuando se trata de violencia de hijos a padres estamos en un 45% de niñas. Están copiando lo malo de
los niños y cuando son adolescentes tienen muchos problemas. Es el delito típico en el que se equiparan niños y niñas. Es mucho más complicado trabajar con una chica dura que con un chico duro.
¿Un sopapo a tiempo puede tener valor pedagógico?
Confundir un cachete con un caso de malostratos es una barbaridad. El problema del cachete es que hay que darlo en el momento justo con la intensidad
adecuada. La sociedad ha cambiado. Me acuerdo cuando mi hijo era pequeño y tenía cuatro años lo llevaba al hospital con una brecha en la cabeza y lo atendían sin problema. Pero ahora los padres son
sospechosos de haberlo empujado por la escalera. ¿Dónde ha quedado el sentido común? Socialmente existe una presunción de culpabilidad de los padres. No hay término medio.
Hay países donde incluso se ha recuperado el cachete en las escuelas como valor educativo.
Efectivamente. Si mi padre viviese en la época actual posiblemente estarái condenado a cadena perpetua. Yo ‘cobraba’ todos los días y para nada estoy
traumatizado. Más de una que me ha dado mi padre estaba bien dada.
¿Se pueden negociar las normas, pero no los límites?
Hay que saber decir que no. Llega un momento en el que te tienes que imponer como padre y cuando el chico tenga 18 años puerta. Tenemos los complejos de
joven democracia, que nos da miedo decir que no. Hay un momento en que hay que decir que no a los hijos y es porque lo dice su padre. Y no hay más.
¿Era más sencillo educar a los hijos en generaciones anteriores?
Es posible que nuestros padres tuvieran menos formación y, sin embargo, ha salido buena gente. Yo siempre digo: tengo 58 años, no he mamado la democracia y
nuestra generación tiene complejos porque como hemos estado teóricamente sometidos con la dictadura, cuando nos hemos liberado nos hemos ido al otro lado. En cambio, mi hijo, que tiene 28 años, sí ha
mamado la democracia y tiene las ideas más claras. Creo que mi hijo va a tener la posibilidad de educar a sus hijos sin los complejos que hemos tenido nosotros.